República de las Letras

Año electoral

Muchos colectivos sociales, en caso de ganar el Pp y gobernar con Vox, lo tendrán mucho más difícil

Lo ocurrido en el Congreso americano, hace un año con la invasión violenta del Capitolio, y estos días, que una minoría republicana extremista ha estado impidiendo la elección de presidente de la Cámara de Representantes, aun siendo el candidato uno de los suyos y apoyado por Trump, es fiel reflejo de lo que son capaces de hacer los ultras cuando llegan al poder. En España ya hemos visto los modos y formas del vicepresidente de Castilla-León, que es de Vox. Es indudable que, si gana las elecciones generales el Pp, y tiene que gobernar con ellos, van a hacer, de esas, muchas, para desprestigiar a las instituciones democráticas. Y es que votar Pp este año electoral, en cualquiera de las elecciones previstas -municipales y generales para Andalucía-, es votar Vox, es decir, votar extrema derecha, el nuevo fascismo que por desgracia nos toca vivir en nuestra época. Lo cual es un riesgo para nuestras libertades y sería una vuelta al franquismo, una marcha atrás en nuestro progreso. El principio del fin de la democracia en España.

Porque, y esta es otra cuestión, otra faceta del problema, el Pp no solo suele blanquear las actitudes xenófobas y dictatoriales de la extrema derecha, sino que tiene aún en su seno una parte de sus militantes "comprensivos" con ellas y también una parte de sus electores. Nada comparable al PSOE, que gobierna con una izquierda moderna que renunció hace mucho tiempo a actitudes intransigentes y excluyentes y se ha integrado perfectamente en el sistema democrático.

Desde luego, hay colectivos sociales que, en caso de ganar el Pp y gobernar con Vox, lo tendrán mucho más difícil. Las mujeres, las primeras. No sólo las feministas, que serían las más castigadas, sino todas. El intento será devolverlas al estatus de sus madres y abuelas, metidas en casa esperando a padres y maridos, y siendo permanentemente menores de edad y dependientes del hombre. Un paso de gigante, pero para atrás. Y así todos los colectivos. Todo el que sea diferente a la uniformidad general sufrirá un retroceso. Desde luego, Maroto, senador del Pp, no habría podido celebrar su boda con su actual marido e invitar a todos los jerarcas del partido, ¿recuerdan? Hasta en los deportes: el fútbol femenino detendrá su actual expansión. Por otra parte, los niños con capacidades diversas sufrirán merma de sus derechos en la legislación educativa.

Da qué pensar. Volveré sobre el tema.

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