Antonio de Diego Arías y el vértigo

Pero es sin duda, el funesto 2020 el que ha marcado e implementado el devenir del proceso creativo

Antonio de Diego Armas es uno de los artistas plásticos almerienses más determinantes en la concepción de su obra y del discurso que sostiene en ellas. Este año ha sido uno de las artistas seleccionadas en la Exposición Innoacción. Arte contemporáneo, que se está desarrollando en MECA Mediterráneo Centro Artístico, Almería hace apenas unas semanas.

El trabajo que realiza Antonio de Diego Arias, en la actualidad, es una profundización del trabajo expuesto en su última exposición individual "Prólogos a lo que es posible", en la Galería Meca en Almería el pasado 2019 (Marzo-Abril) y de los encuentros, piezas y bocetos no expuestos en esta última, que surgieron a la par de la preparación y en el tiempo de exposición de la muestra en Meca, pero con la importante salvedad, que este trabajo, se realiza ya desde Madrid. Toda la obra, que ha expuesto y en la que está trabajando, arranca desde el 2017 con diferentes antecedentes en momentos precedentes. Pero es sin duda, el funesto 2020 el que ha marcado e implementado el devenir del proceso creativo. En especial, por los sentimientos de fragilidad e incertidumbre ya presentes en su obra, pero ahora implementado más, si cabe, en otros planos vitales.

El artista plástico recuerda que en la presentación del último catálogo, Fernando Barrionuevo, después de numerosas conversaciones y visitas al estudio, hizo que se planteasen en la presencia de su trabajo un mayor profundo interés por la pérdida del concepto de identidad, no solo del yo sujeto, sino del yo social y la deriva en la que se encuentra en la actualidad. Reflejando en la dispersión y disolución de los límites, la pérdida de los márgenes necesarios para ubicar los campos de la memoria, la fugacidad como expresión. Y a toda ello habría que añadirle la pérdida de la noción del concepto de verdad. La utilización de estructuras de red, ya presentes en otros periodos, permite al autor generar un campo de actuación en donde abstraer diferentes elementos concretos de la realidad y hacer fluir diferentes reflexiones. Y es, en su fragmentación, en cuanto estructuras y dimensión "macro", la que le permite acentuar y re-dimensionar los estallidos, resonancias, rupturas, disonancias de las últimas obras de la serie negra.

Antonio de Diego Arias, en su obra, plasma un discurso que nos acerca al ser, a la fragilidad del tiempo actual, a ser conscientes a través de la disolución de un tiempo ya concluido y la llegada de otro por venir. Una posibilidad no exenta de vértigo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios