Carta del Director/Luz de cobre

Anuario de Agricultura: el valor de lo nuestro

Andalucía y Región de Murcia han sido capaces de convertirse en la Despensa de Europa por su capacidad de innovar

Este grupo de comunicación presenta mañana en Madrid la novena edición de Agricultura & Alimentación que hemos llamado “El Valor de lo Nuestro”. Una obra que pretendemos sea como una especie de compendio del sector agrícola y alimentario de Andalucía, con una marcada e indudable proyección nacional. Por sexto año este Vademecum de la agricultura tiene carácter regional y por primera traspasa las fronteras de Andalucía para sumar a la Región de Murcia. Y quién mejor que el Grupo Joly y sus nueve periódicos en las distintas provincias de la Comunidad para liderar un proyecto que consideramos, puede ser, una obra de consulta indispensable para un sector, el agroalimentario, que supone una parte fundamental en el Producto Interior Bruto (PIB) Andalucía y la Región de Murcia, además de liderar las exportaciones.

Decía Rousseau que “La primera y más respetable de las artes es la agricultura” . La frase me permite resumir lo que pretendemos en esta edición con el Anuario Agricultura&Alimentación. En demasiadas ocasiones, más de las que quisiéramos, creemos, pensamos, que aquello de lo que disponen los demás está por encima de lo propio. Y no es cierto. Andalucía y la Región de Murcia han sido capaces de convertirse en la Despensa de Europa por méritos propios y por la capacidad permanente de innovar, de avanzar en nuevos modelos más sostenibles y capaces de generar valor añadido. Allí donde los demás han visto aridez, tierras baldías, desierto, los agricultores de la Región de Murcia y Andalucía han sabido extraer recursos, otrora impensables y hoy la envidia, si me permiten el término, de muchos de nuestros compatriotas. Pero de forma paralela hemos sido capaces de provocar la admiración de todos cuantos ven a ambas regiones como sinónimo de éxito, de desarrollo, de sostenibilidad y, porqué no decirlo, de respeto al entorno y al medio ambiente, a la vez que crecemos en producción y en fórmulas para seguir avanzando en darle valor a lo nuestro. ¿Qué entiendo por valuar lo nuestro? Sencillo. Ser capaces de mirar al frente, a los que nos admiran y a nuestros detractores y explicar lo que hacemos en nuestros campos, cómo lo hemos conseguido y nuestra capacidad de generar riqueza muchas veces en suelos yelmos y vacíos, y convertirnos por méritos propios en la Despensa de Europa, en la huerta capaz de alimentar de hortalizas, frutas y verduras a más de 500 millones de habitantes, casi sin pestañear. Esta puede ser una afirmación exagerada, sin duda, porque detrás está el trabajo, el ingente trabajo de miles de agricultores y agricultoras, empresarios y gentes del campo, capacitadas, que han sabido adaptarse a los tiempos, en la misma medida que un camaleón cambia de color para despistar a su captor.

Pretendemos situar en su justa medida, sin jactancia, pero sí con convicción, de lo que dos comunidades, las más al sur de Europa, han conseguido, han alcanzado, han logrado con el trabajo de miles de manos curtidas por la tierra y quemadas por el sol.

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