Apertura manual

Necesitamos una sociedad crítica que sea capaz de afrontar los retos de las nuevas sociedades

En caso de que, como los últimos datos confirman, estemos ante el cambio de tendencia de contagios en España y las Comunidades Autónomas vayan depurando a mejor la situación de emergencia nacional, puede ser recomendable que se aplique un desconfinamiento parcial, siempre siguiendo las indicaciones del Ministerio de Sanidad y de los órganos competentes. La apertura parcial del territorio podría ofrecer también oxígeno a la economía del país, puesto que estas Comunidades podría empezar a dejar el paro total de la industria y reincorporarse al panorama económico, lentamente, pero con paso firme. Sería factible la apertura de los sectores primarios, secundarios y servicios, siguiendo las indicaciones de los organismos públicos habilitados al efecto. Se podría vincular a un proceso progresivo de apertura de la libertad de circulación y de confluencia de la ciudadanía, en lugares públicos y privados. A la vez que se amplía la movilidad de la ciudadanía, de manera gradual. Primero, aumentando el espacio de movimiento de las personas, paulatinamente, desde el lugar de residencia; pasando a realizar algún tipo de actividad deportiva de forma individual, hasta llegar, como última instancia, a la reactivación de los eventos públicos, deportivos y agrupaciones, como una prioridad postrera. Estas posibles vías de actuación ya se abordaron, por parte de la Fundación Internacional de Derechos Humanos, en un documento publicado el seis de abril del presente año, en el que se aconsejaba las líneas generales de la reincorporación progresiva a la normalidad. En este sentido y, una vez resueltas las necesidades más prioritarias, sería muy importante considerar indispensable el refuerzo económico y humano en la Sanidad, Educación, Tecnología e Investigación pública; así como meditar, como primordial, una mayor valoración e incremento en la formación humanística de la ciudadanía. Necesitamos una sociedad crítica que sea capaz de afrontar los retos de las nuevas sociedades, para construir una ciudadanía ética y moral que fundamente sus principios y sus valores en la Carta de Declaración de los Derechos Humanos y que sea capaz de encarar un futuro más sostenible, justo y respetuoso.

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