Aplauso a la atención primaria

Si de mejorar la salud de todos se trata, nadie más adecuado que los médicos de familia

¿qué está pasando con la atención primaria, con la medicina de familia? Han quedado desiertas muchas plazas después de la adjudicación de las plazas MIR, al tiempo de que hay muchos candidatos aprobados dispuestos a repetir la prueba. A lo mejor, en parte es un problema de valores: que personal o socialmente esa actividad de los médicos de familia está minusvalorada. Es un déficit de valoración fruto de la jerarquización de las personas, y tiene como consecuencia que ocupar alguna otra plaza da lugar a una auto-ubicación que deriva en un halo de satisfacción. Es algo que se da, posiblemente, en todos los ámbitos de la vida. La sociedad no parece valorar todos los niveles de actividad de la misma manera y por tanto mengua el prestigio que se deriva de algunas de ellas (caso de los mal llamados "médicos generalistas"). Añádase a esto que los médicos de familia suelen desarrollar su actividad en ámbitos geográficos (básicamente el mundo rural y en barrios poco "atractivos") que a muchos aspirantes les repelen. Creo que teniendo en cuenta todos esos factores se pueda explicar, aparte de una eventual "vocación", la abrumadora tendencia a ocupar ciertas posiciones y especialidades y el desapego hacia otras. Con estas premisas muchos se extrañan de que haya personas que, a despecho de todas esas circunstancias, tomen unas decisiones que van en contra de esa pérfida valoración social y siguen su auténtica inclinación; por ejemplo, que alumnos muy brillantes quieran "quedarse" en maestros cuando podían aspirar "a mucho más" y "hacer la carrera que quisieran". Y lo peor es que al escaso prestigio y a lo poco atractivo de las plazas se añade la fuerte desatención que padece la medicina familiar por parte de los responsables políticos. La falta de apoyo es manifiesta, y habría que exigir que olvidaran esas perspectivas del "prestigio" de las especialidades que se dedican a unos pocos casos límite y prestaran atención al valor de los muchos frutos que consiguen "modestos" médicos que, con una atención personalizada, a pesar de que tienen la consulta saturada, mejoran la vida de sus muchos pacientes. Si de salvar vidas, si de mejorar la salud de todos se trata, nadie más adecuado que los médicos de familia. Mejor trato para ellos, mejora de los medios disponibles (que no suelen ser de lo más costoso) darán como resultado un incremento en el nivel de satisfacción los usuarios.

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