El medio y el Ambiente

Ignacio Flores

¿Arte o ciencia?

Afortunadamente ya apenas quedan personas de las que llevaron chaqueta blanca o jersey de cuello vuelto

Ahora que Felipe ha desempolvado papeles, y Suárez no pudo hacerlo, recuerdo mis conversaciones con don Vicente sobre si la política ¿es un arte o una ciencia?, cuando acababa de estrenar la madurez según Ortega (recién pasados los 25). Era el momento en el que comenzaba la transición, que pretendía y quería dejarle la historia a los libros, y ahí nació mi costumbre de leer algo de Maquiavelo de vez en cuando. Después conocí a Maslow y su pirámide, que como tal teoría basada en la observación de la realidad es sencilla en su formulación y muy útil en la práctica para aquellos dirigentes cuyo fin fundamental no es dirigir, si no controlar. Si observamos nuestro entorno, los dirigentes adoran las reglas, lo cual, me imagino que les resulta cómodo, dado lo que aparenta la mayoría: ideas las justas y sobre temas concretos, sin salirse un ápice de las consignas; conocimiento: el que sus cualidades les han permitido adquirir. Simplificando, se pueden dividir en dos grandes grupos, a saber: punto número a) que decía mi amigo Isidro parafraseando a "los cultos", LOS DE LA GUAYABERA ROJA adaptada al entorno, que a veces puede ser una camiseta publicitaria, con mensajes directos, breves, dirigidos a su "target" (vamos, su público), y otras, "camisa de obrero cualificado". Y punto número b) LOS DEL TRAJE DE ALPACA, semejante en género, hechuras y color. Además con complementos semejantes: corbatas semejantes a las del jefe y en muchos casos camisas de puños dobles (aviso a navegantes: no se dice de gemelos). Este segundo grupo tiene una cierta libertad: ir sin corbata, como los modernos ejecutivos. Como si fueran a moverse mucho. Afortunadamente para ambos grupos, ya apenas quedan personas de las que llevaron chaqueta blanca o jersey de cuello vuelto. Ya somos mayores los "de la cazadora" y los pantalones de pana. No saben que "la transición" fue mucho más que un funeral. Que esto que hay ahora, se le debe a personas con generosidad y altura de miras. Y costó caro, muy caro, en los aspectos: social, económico y político, entre otros. Y se pagó. No se le cargó a la deuda pública, se pagó con mucho esfuerzo. Qué duda cabe que aunque en medio se colaron algunos semejantes a los músicos del "Rap del optimista", de Sabina: "... /... han pisado más de una mierda sus zapatos de gamuza azul, .../..." que fueron de estribor a babor. Los demás, permanecieron fieles a su música, distinta del rock: todo gusto es respetable. Pero otros, permanecimos fieles a unos únicos zapatos de gamuza azul: los de Elvis (Perkins: '55, Elvis: '56). Los zapatos son antiguos, pero como no nos importan ni lo más mínimo las modas, seguiremos dándoles "kanfort".

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