A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

Arte, salud y comunicación

La exposición en la Universidad se presenta con el nombre de "Expression of Hope"

La pandemia que hemos quizás dejado atrás -cruzaremos los dedos- nos ha mostrado la importancia de contar con los recursos proporcionados por los servicios hospitalarios y por la investigación. Sin duda es así. Pero estos meses nos han mostrado también lo importante que es la comunicación. Informar con cierto rigor, una buena o una mala política comunicativa ayuda a salvar vidas. Y una mala política centrada en bulos o en informaciones interesadas provoca la pérdida de muchas de ellas.

Para recordarlo y analizarlo, esta semana se desarrollan dos actividades en la Facultad de Humanidades. Por un lado, se inician unas jornadas sobre Comunicación y Salud coordinadas por Antonio Bañón. Por otro, se ha abierto en la Sala Bioclimática de la Universidad una pequeña exposición de obras realizadas por personas afectadas por enfermedades por depósito lisosomal. Tras recoger 450 trabajos de ciudadanos de diversos países, Sanofi Genzyme ha seleccionado 24.

La exposición se presenta con el nombre de "Expression of Hope", expresión de esperanza. El título está sin duda bien escogido. En estas obras llama sobre todo la atención el colorido, el amor por la vida que muestran en medio del esfuerzo y de las dificultades que la enfermedad implica. Hay puertas abiertas, manos pintadas como pétalos de una flor, brazos que se entrelazan, niños que caminan a la escuela. Y detrás de cada una de estas obras hay siempre una historia. Una foto de gran belleza hecha por un afectado de Gaucher recoge la unión de una madre con su hijo e incluye una orgullosa declaración: "Nunca imaginé que podría hacer una foto así… Mi mayor éxito es miraros". En otro cuadro vemos un árbol de rabiosos colores, con nubes, un sol y el azul intenso de la infancia. Un texto breve lo acompaña: "Ese árbol soy YO: Las ramas son mi familia y amigos. Las nubes son los enfermeros y médicos. El sol es mi atención médica, la cual me da vida, fuerza y salud".

Después de ver estas sencillas obras resulta evidente el deseo que sentimos de trasmitir nuestras vivencias, el valor terapéutico del arte y de la comunicación. Necesitamos, sin duda, que la sanidad funcione lo mejor posible y para ello su labor precisa completarse con el trabajo de las asociaciones y con estas prácticas que nos recuerdan que hablamos siempre de personas, no solo de cuerpos.

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