Que el reciente festival de Morada Sónica iba a ser todo un éxito era algo que ya muchos veníamos vaticinando desde hace tiempo. Finalmente, las expectativas se han cumplido con creces. Se ha hecho historia. Almería es una pequeña ciudad que cada vez mira más a esas "otras músicas" que nos abren nuevos horizontes de creación sonora.

Sin embargo, esta humilde columna podría versar sobre el ser humano, en general, o sobre cómo las personas transcienden, rompen y anulan todas las etiquetas, clichés y estructuras de pensamiento, tanto en el arte como en la vida cotidiana y tanto en positivo como en negativo.

Resulta cuanto menos sorprendente cómo hay personas que se erigen a sí mismas abanderadas de determinadas ideologías, con pegatinas, camisetas, puños en alto, presencia en medios, manifestaciones... que sin embargo se comportan en sus relaciones en el extremo opuesto a su pensamiento. Personas que se autoproclaman de izquierdas son capaces de desangrarte el hígado a la mínima oportunidad, intentan exprimirte al máximo, no tienen ningún tipo de consideración ni escrúpulos con el prójimo… Y en el otro extremo, encontramos empresarios adinerados, con alto poder adquisitivo, con ideología contraria a los anteriores, que son capaces de tener un altísimo grado de generosidad, comprensión, respeto y compañerismo. Personas que empatizan, escuchan, tienen actitud abierta y son capaces de dar lo mejor de sí mismas.

Suscribo las palabras de mi amigo José María, cuando dice "yo me c… en todas las banderas". Si en vez de pensar en bandos, ideologías, teorías, manifestaciones, proclamas… Si en vez de pensar en cómo y dónde figurar… Si en vez de pensar en términos de izquierda y derecha, de jóvenes y adultos, de tradición y vanguardia, de modernos o antiguos, de jubiletas o niñatos, de creyentes y ateos, nacionalistas o españolistas, españoles e inmigrantes, pensáramos sola y exclusivamente en seres humanos, el entendimiento sería mucho más fácil.

Existe un cliché del artista que en este país va ligado en muchos casos a la izquierda. Existen etiquetas también según la música que hagas, escuches, la ropa que vistas y la comida que comas. Tenemos la manía de clasificar, pero la experiencia nos demuestra que las etiquetas siempre fallan. Necesitamos más personas en el mundo como el equipazo de organización de Morada Sónica, ejemplo de humanidad y altruismo. Desde aquí mi humilde homenaje a todas y cada una de las personas que componen este colectivo. Seguimos.

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