Utopías posibles

Artelier, la creatividad sin límite

Basta ver un telediario cualquiera para comprobar que quizá la humanidad no va por el camino adecuado

C ADA sociedad tiene sus propios dioses, mitos, costumbres, usos, maneras de relacionarse, formas de construcción de la realidad, imaginarios colectivos. La filosofía lleva milenios desarrollando formas de pensamiento. La ciencia, por su parte, procura explicar y construir un mundo cada vez más perfecto. Parece que todo lo humano tiene que tener una explicación, una forma racional de funcionamiento, una teoría sobre la que construir y construir hasta la saciedad. Sin embargo, basta ver un telediario cualquiera para comprobar que quizá (entiéndase desde la ironía) la humanidad no va por el camino adecuado.

¿Y si la respuesta estuviera en el arte? ¿y si los caminos aún no estuvieran inventados, ni siquiera imaginados? ¿y si nos planteamos de una vez por todas que necesitamos nuevas vías, nuevas válvulas de escape, totalmente diferentes, sin referentes, desde cero, bajo cualquier excusa, bajo cualquier premisa? Es evidente que desde el punto de vista del funcionamiento de las sociedades, esto no es factible. Necesitamos normas, reglas del juego, como también mitos (llámese Dios, o llámese ciencia) en los que creer. Sin embargo, no necesariamente tiene porqué ser así desde el arte. Cualquier cosa es posible en una creación artística. La música, la literatura, las artes plásticas, el teatro, la poesía, los medios audiovisuales o la danza pueden actuar como catalizadores de todo aquello que no existe, pero podría existir… y quién sabe, quizá consiga abrir las mentes hacia otras formas de conocimiento. O quizá no. Ahí esta el juego, el desafío.

Lo que los modernos llaman «mainstream» (pensamiento dominante) tiene que poder ser cuestionado. El pensamiento divergente es una de las mejores herramientas que podemos utilizar desde el ámbito artístico, extrapolable a cualquier aspecto de la vida humana. Ante cualquier afirmación que se nos ofrezca cerrada, pensada, calculada o demostrada, cabe plantearse siempre "¿y por qué tiene que ser así?". Es ahí donde reside la auténtica libertad del ser humano.

Quédate con este nombre: ARTELIER. Es una excelente manera de llevar todo esto a cabo, desde el ámbito educativo, con jóvenes desde Infantil hasta la Universidad. Búscalo en redes sociales e Internet. Es un maravilloso proyecto del colectivo Morada Sónica, con medidas concretas para llevarlo al aula y reflejar toda esa creatividad sin límite en un festival, en junio de 2022.

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