En las elecciones europeas de 2014, Podemos fue un partido político recién creado que obtuvo un éxito fulgurante con 5 escaños. La papeleta de la formación no llevaba el símbolo del partido, sino la cara de su líder son su icónica coleta. Ya saben, había desaparecido el viejo e interesado eje que dividía a los partidos entre izquierda y derecha, para dar a luz al nuevo paradigma, los de arriba y los de abajo. Podemos irrumpió en la política dando lecciones morales, ideológicas y de estilismo. Los de abajo, que eran los buenos, vivían en barrios obreros en pisos de 50 metros. Los de arriba en viviendas unifamiliares con piscina, en zonas residenciales pijas, Los de abajo eran identificables por un look desaliñado y camisas compradas en el super, junto con el pan y los garbanzos. El máximo representante de los de abajo se exhibía en platos de televisión: coleta frente a corbata y camisa de cuadros contra traje azul marino.

Al éxito de las europeas le sucedió una entrada triunfal y numerosa en el Parlamento. Promesas de la Constitución apostilladas con discursos obreristas del tipo "por mi y por todos mis compañeros". Bebés recién nacidos amamantados en los escaños de la Cámara. Renuncia, o no, a una parte del sueldo de diputado en favor de las obras de reforma de la sede. Y sobre todo, lecciones permanentes, a diestro y siniestro, sobre lo que está bien y lo que está mal.

Hay que reconocer que la estrategia funcionó como un cañón, pero con el paso del tiempo la formula y la performance se fueron desvaneciendo. El declive lo atestiguan los más de cinco millones de votos que Podemos obtuvo en 2015, frente a los más de tres millones de 2019, o los magros doscientos y pico mil obtenidos en las últimas elecciones autonómicas de Madrid. Los diez escaños de Iglesias han precipitado una salida de la política anunciada y estructurada en varios capítulos. Isabel Díaz Ayuso se ha convertido en la reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas y su famoso que le corten la cabeza, en versión capilar.

Iglesias quiere pasar a la posteridad, a la vez que desea cortar con la serie que lleva tantos años protagonizando. Y como nadie le podría recordar por sus logros al frente del ministerio de asuntos sociales, el guionista jefe de Podemos ha preferido ser recordado por su cabellera. Todo un consuelo para quien vino a asaltar los cielos o la peluquería.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios