Luego dirán que los ayuntamientos no son previsores. Dicen que los políticos en general sólo se preocupan del día a día. Pues bien, para desmentir esta mala opinión tenemos al Ayuntamiento de Almería. En 2019 (hace ya como se ve un montón de años) nuestro Consistorio aprobó una nueva relación de puestos de trabajo (RPT) con vistas al futuro lejano. Que se note la previsión, porque entonces ni ellos sabían cuándo iba a haber elecciones municipales, que cayeron por sorpresa en mayo. En esta nueva RPT se crearon seis direcciones generales de área. ¿Para sacarlas a concurso público? No, qué barbaridad, son de libre designación. Como debe ser. Y aquí se demuestra el sentido previsor de nuestro Ayuntamiento, que ha podido utilizar la nueva y poderosa herramienta de la RPT para colocar a cuatro que han cesado en sus cargos como consecuencia de los diversos procesos electorales de estos últimos meses. Se trata de Rafaela Abad, concejal hasta que dimitió para presentarse al Congreso de los Diputados y no salió. Ha sido nombrada Directora General de Presidencia del Consistorio. Pilar Ortega y Lola de Haro, también concejales en el anterior ayuntamiento y sin puesto político actual, son desde ahora Asesoras Generales de Área, de Alcaldía y de Sostenibilidad Ambiental respectivamente. La cuarta, de momento, es Rosario Soto, senadora que cesó en el mes de abril, pasa a ser Asesora General de Área de Personal.

Hasta aquí la aplicación de las competencias de las libres designaciones del Alcalde. Quedan dos puestos por asignar, o tres si la Dirección General de Abad no se considera una de las seis asesorías generales, sino un cargo distinto. Otro aspecto reseñable de la noticia es que los cuatro puestos han sido asignados libremente a mujeres. Recalquemos lo de libremente, porque las leyes de igualdad dicen que debe haber paridad en las listas y cargos, y que esta paridad se cumple cuando cada sexo ocupa entre el cuarenta y el sesenta por ciento de los cargos de que se trate. Y aquí se nos plantea una cuestión grave: los dos o tres puestos que faltan por nombrar se supone que estarán reservados para hombres (no vaya a que se les cabree Vox). Lo que sí parece claro, dados los antecedentes, es que estas sinecuras o bicocas pendientes de adjudicar, están previstas para personal que quede desplazado o zapateado en las inminentes elecciones legislativas. Y es que siempre se ha considerado de buena crianza socorrer al desvalido.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios