La Meta es el Principio

José Luis Castillo Chaves

Los 'yos' y el 'nosotros'

Los virus (hablar de ellos en plural nos ayuda a entender el problema) son un examinador exigente. Un 9,99 con ellos es suspenso

Dos cosas me hacen sentir preocupado. Por un lado, la irresponsabilidad. Muchas personas la han visto en directo o tienen allegados fiables que la han visto en directo. Y la cifra de multas, unas 750.000, es indicador de que la irresponsabilidad campa. Seguro que muchas de esas multas serán recurridas y se levantarán. Pero son un indicador inequívoco, innegable, de lo abultado de la irresponsabilidad.

Por otro lado me preocupa la satisfacción con la que se aplaude lo bien, lo muy bien, lo excelente que lo está haciendo la mayoría de la ciudadanía. Y es que es verdad. La inmensa mayoría lo hace muy (aquí caben varios "muy") bien.

El problema radica en que no hemos comprendido a los virus, que no admiten ni irresponsabilidad ni satisfacción.

Los virus (quizá hablar de ellos en plural nos ayude a entender mejor el problema) son un examinador exigente. Un 9,99 con ellos es suspenso. En China una sola persona, supercontagiadora, los ha transmitido a un centenar de allegados en una cena. Ese es uno de los varios, pocos, focos en Harbin. Y ahora una ciudad de diez millones de habitantes vuelve al confinamiento, y a la amenaza para la salud, la vida, la economía. Otra vez más cerca muerte y ruina.

Unos pocos focos. 750.000 multas hablan de, como mínimo, miles de posibles situaciones de transmisión.

Llegará el momento de la satisfacción, pero aún no. Porque estamos en el momento del esfuerzo. El nivel de logro, aunque sea bueno, no la permite todavía. No cabe sentirse bien porque millones lo hagamos estupendamente. Ni tampoco cabe la indulgencia con la irresponsabilidad o minimizarla. Aún no. Los virus no tienen esa piedad. Nos harán repetir el examen tantas veces como sea necesario hasta que aprendamos que, aunque hayamos crecido en un mundo lleno de "yos" (que sí, que a veces nos juntamos y colaboramos y todo), hemos pasado a un mundo de un único "nosotros" hecho de TODOS los "yos", atados por una cadena invisible.

Un solo fallo, uno solo, nos puede devolver al encierro, trae riesgo para salud y vidas, acerca la ruina. ¡Claro que podemos hacerlo bien! Pero nos jugamos mucho en cada contacto social. Y es que salir de la pandemia, vamos a salir. Seguro y sin duda. Es lo que tiene las pandemias, que acaban. El problema es qué precio pagaremos hasta la salida por seguir siendo una suma de "yos" en vez de un verdadero y único "nosotros".

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