Liberalismoy, en su variante más extrema, anarcocapitalismo son teorías políticas para la gobernanza de las Naciones que defienden la reducción a la mínima actividad, en un caso, y la eliminación, en el otro, de la intervención del Estado en los asuntos sociales-económicos de la sociedad, principalmente porque consideran que las sociedades pueden funcionar sin Estados, lo que supone, en definitiva y en ambos casos, si bien con distinto ritmo, la instauración de un sistema dirigido por el mercado y las personas, físicas y jurídicas, con capacidad económica para provocar movimientos en ese mercado, y perfecto escenario para una desigualdad férrea y creciente, pues la enjundia necesaria para ser parte del grupo de los ganadores será objeto de herencia, nunca de trabajo.
Y si el liberalismo obtiene argumentos e impulso de las actuaciones deficitarias, por naturaleza, de los Estados, el anarcocapitalismo, de manera contraria a lo que cabría esperar dado el empeoramiento de las condiciones de vida a lo largo y ancho del mundo, vive un momento dulce gracias, principalmente, a la lógica incertidumbre de los pueblos y un llamativo y con liderazgo político argentino, Javier Milei. Aquí su ideario básico: "Nunca vamos a subir los impuestos, nunca vamos a crear nuevos impuestos, nunca vamos a ir contra la libertad, nunca vamos a ir contra la propiedad y nunca vamos a ir contra la vida; cuando vos ponés todos esos elementos juntos significa que toda la casta política queda del otro lado". Y, de este tipo de proclamas, la conclusión que me asalta sin remedio: No es que consideren que la sociedad puede funcionar sin Estado, es que no quieren que seamos sociedad, que seamos uno, que disfrutemos de la solidaridad y el progreso que trae lo público bien gestionado.
Pues bien, aquí un ejemplo de logro alcanzado, precisamente, porque somos sociedad; uno muy reciente, de excepcional empeño y de dimensiones históricas: el proyecto del Telescopio James Webb1, ese que nos acaba de acercar a las primeras galaxias y mostrar los confines del mundo y que "consiste en un observatorio espacial desarrollado a través de la colaboración de veinte países, construido y operado conjuntamente por la NASA, la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense." (El Heraldo de México, columna de Javier López Casarín). Somos sociedad, por supuesto que lo somos y gracias a serlo aquí seguimos.Acabo con una estupenda frase de una canción que formó parte del fantástico espectáculo que regaló este Diario por su XV aniversario:"vivimos siempre juntos, y moriremos juntos; allá donde vayamos seguirán nuestros asuntos.
No te sueltes la mano que el viaje es infinito, y yo cuido que el viento no despeine tu flequillo, y llegará el momento que las almas se confundan en un mismo corazón"
Por otros quince años llenos de éxitos. Felicidades equipo
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios