Bienvenido Ingreso mínimo vital

Debemos sentir orgullo de incorporar a nuestro sistema medidas destinadas a combatir la pobreza

La globalización ha traído un sinfín de nuevas oportunidades educativas, residenciales, laborales y de negocio pero es un hecho que ese sinfín de nuevas oportunidades no se han repartido de un modo igualitario sino que, muy al contrario de lo que se nos decía y podíamos esperar de ella, la globalización ha profundizado las desigualdades sociales existentes entre países y dentro de ellos, si bien con distintas intensidades; Para nuestra fortuna, Europa es, hasta ahora, la región del mundo donde menos ha impactado la globalización en términos en desigualdad y sigue siendo la menos desigual del mundo. Y es que no hay duda de que la interconexión mundial conlleva enormes ventajas, pensemos en el ámbito científico y académico, en como, por ejemplo, la actual capacidad de comunicación global ha sido, y está siendo, determinante para que los sanitarios tengan oportunidad de ganarle la carrera a la COVID-19 al permitirles aprender, al unísono, sobre ella y la forma de propagación del virus, pero, ante las grandes diferencias existentes entre las partes, este nuevo proceso de unión ha acabado revelándose tremendamente hostil con los más débiles, corrosiva para el mercado laboral, en especial para el del sector industrial, y letal para cuanto no sea altamente competitivo y flexible, y todo esto se profundizará, enormemente, con la invasión de la inteligencia artificial. Elegimos cambiar el mundo, estamos cambiando el mundo y los gobiernos tienen la obligación de evitar que opere la capacidad para crear personas de "segunda clase" que contiene la parte negativa de esos cambios. La desigualdad es un factor decisivo para el futuro de las sociedades porque una sociedad desigual es una sociedad que ha dejado de mirar a todos sus ciudadanos a través de la misma lente y, cuando eso ocurre, esa sociedad pierde la mejor herramienta para avanzar: la fuerza que nace del sentimiento de pertenencia y de la unión. Y, por esto, la desigualdad también es un reto, puede que el más importante, para todo gobierno y sistema político porque un país, como un hogar, que no reparte su riqueza, que no es solidario, que no ofrece una existencia digna, que no reserva a cada uno de sus miembros un lugar y un futuro, antes o después, deja de ser un país, deja de ser un hogar. Por todo ello, debemos sentirnos orgullosos de la incorporación a nuestro sistema social de medidas destinadas a combatir la pobreza porque este país se hace mejor país con cada una de esas medidas, porque este país protege, y se protege, con cada una de esas medidas. Y esto, como se demostró el dia de la votación del ingreso mínimo vital, lo saben todos nuestros partidos políticos, incluido aquel que, comparecencia tras comparecencia, clamaba contra esta ayuda social, la formación VOX, pues abstenerse en esa votación no es otra cosa que votar a favor

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