Blanco y en Botella

Se puede uno beber todas las copas que necesite para empujar el arroz sin temor a la resaca

Aunque a algunos les cueste creerlo hay vinos blancos que no son ni verdejo ni "frizzantes". Lo juro por Noé. Sin ir más lejos, esta semana he tomado dos bien distintos y ambos muy placenteros. Uno es nuevo en esta plaza y el otro hacía mucho que no lo encontraba. El novedoso se llama Dos Claveles; es de uva Pedro Ximénez y elaborado en Montilla, pero no es el típico vino dulce hecho con pasas, ni el clásico fino criado bajo velo de flor. Es un vino joven, sin crianza, seco pero muy amable en la boca; fácil de beber pero no insulso sino sabroso. Para rematar la faena, sólo tiene 12 grados. Lo elabora la muy prestigiosa bodega Toro Albalá, que tiene famosos grandes vinos como el Fino Eléctrico o el Don PX de añada. El precio en tienda está sobre los siete euros. Altamente recomendable.

El otro vino "de la semana" es un viejo conocido que hacía mucho tiempo que no lo encontraba ni en tiendas ni en restaurantes (en bares ni hablamos). Es del largo y espléndido catálogo de Bodegas Torres, se llama Waltraud y está elaborado con uva Riesling, la varietal que da los mejores blancos alemanes y ciertos franceses y austríacos de calidad. Son vinos elegantes, suaves pero no dulzones, que evolucionan muy bien en botella debido a su buena estructura. De hecho, el Waltraud de 2016 ha reposado en depósitos hasta su embotellado en enero de 2017 y ahora, con año y medio en botella, está magnífico y, seguramente, mejorará los próximos años. Lo tomé para acompañar un arroz con boquerones y estuvo perfecto, tanto debido a sus aromas cítricos, de flores blancas y almendras crudas, como a su estructura firme pero sedosa en la boca, con la acidez justa perfectamente ensamblada. Y encima solo tiene 11,5º, con lo que se puede uno beber todas las copas que necesite para empujar el arroz sin temor a la resaca. Pelin carillo sí es, unos 18 euros. Pero los vale. Más caro es un verdejo de marca desconocida por el que te sacuden tres o cuatro euros con una tapa de pescado congelado.

Una pista final, ya que no abundan los bares que ofrecen variedad de vinos por copas y muchos menos los que se salen del tópico rueda-rioja-ribera. Acaba de abrir Salitre, con una muy estimable y variada carta de vinos por copas, servidos a su correcta temperatura y con la información entendida de David Calderón. Y el taperío tampoco está mal. Está en la calle de Granada, 8, cerca de la Puerta de Purchena.

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