Bloqueados en Twitter

¿Puede un político aceptar que un usuario le inunde de invitaciones, por ejemplo, al exterminio racial?

Hemos iniciado septiembre -municipalmente hablando- con la polémica de las cuentas institucionales del Ayuntamiento de Almería bloqueando usuarios en Twitter. Y, por lo que parece, a cascoporro. Una práctica más extendida de lo que parece entre representantes políticos y cuentas institucionales. Yo mismo, por ejemplo, estoy, curiosamente, bloqueado por políticos del ala izquierda. Desde diputados -actuales o pasados- a Podemos Almería que lo hizo nada más abrir la cuenta, como un bloqueo preventivo. ¿Se trata de algo trivial? No crean. Un cargo público utiliza las redes sociales para todo tipo de propósitos oficiales, desde compartir su brillante intervención en el Parlamento a la defensa que hizo, aquella vez, de una proposición de ley. Pero, excluye de un dialogo abierto a los ciudadanos que expresan puntos de vista con los que el cargo público no está de acuerdo. Más grave me parece que esta práctica la extiendan a militantes de su propio partido. A los mismos que después les piden no solo que les voten, sino que activamente pidan el voto para ellos. Eso es una cuestión y, ciertamente, con polémica y matices. ¿Puede un político aceptar que un usuario le inunde de invitaciones, por ejemplo, al exterminio racial? En mi opinión la solución sería similar a las de las cuentas institucionales. Lo de estas, las cuentas institucionales como la del Ayuntamiento de la capital, cuyo responsable además cobra de los contribuyentes- bloquea usuarios disconformes, lo que abarca desde a quienes se quejan de la limpieza hasta aquellos que ridiculizan al alcalde, tanto da. La cuestión, el debate, deja de ser un divertimento para ratos de asueto cuando, como ocurrió con las tormentas del jueves, esas cuentas informan sobre cortes de calles o la situación del tráfico en la ciudad. Hay una parte de los ciudadanos, los que han sido bloqueados, a los que se niega el derecho a informarse en una situación de emergencia, o a comunicar al Ayuntamiento -y los que le siguen- que está sucediendo en su calle. Los defensores de bloquear responden, y no sin razón, que hay especialistas en acosar y necesitan bloquear a algunos usuarios si quieren que esos espacios puedan ser útiles para todos ¿Podría admitirse Sin embargo, opinar no es acosar y opinar de forma distinta del equipo de Gobierno sólo es un ejercicio práctico de libertad de expresión. Una solución, podría ser, que las cuentas oficiales tuvieran unas reglas claras y visibles sobre aquellos comentarios que no son admisibles. Eso sí, con moderación, no sea que se considere inadmisible toda crítica.

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