La tapia con sifón

Boloñesa vegetal almeriense

La cocción en la salsa de tomate debe ser muy breve, sólo para que tomen gusto y color

Llevo tiempo buscando la manera de que mis nietos coman algo de verdura, con escaso éxito hasta ahora. Como la poca afición a las verduras es un problema bastante extendido -y no solo entre los niños- comparto con ustedes mi primer logro en este terreno. Los platos de pasta son aceptados de forma casi universal, así que la salsa de tomate es fundamental para "colar" verduras de tapadillo. Después de varios intentos propios o copiados de internet, todos fracasados, me di cuenta de que el mayor problema no era conseguir sabor a carne (por ejemplo, con la berenjena) sino lograr una textura que imitara la carne picada. Probé con la boloñesa que es multiuso: lasaña, canelones, macarrones… Y lo que me ha dado la textura deseada, mira por donde, ha sido el muy almeriense trigo. Una vez cocido y mezclado con lo que ahora se dirá, ha hecho perfectamente el papel de la carne, tanto en los paladares juveniles como en el de adultos de buen comer y afición. Así que vamos al tajo: hay que cocer el trigo unas horas antes, y dejarlo en su agua y que se hinche bien. Para 250 g de trigo ya cocido, necesitamos 250 g de berenjena y 100 g de remolacha, ambas verduras crudas, peladas y trituradas finamente en la batidora. Se mezcla bien la pasta de verdura con el trigo y se aliña con ajo picado, orégano, tomillo, sal y pimienta. Aparte se prepara una salsa de tomate con un sofrito de abundante cebolla y un poco de apio. Nota: cuando no tengo buenos tomates uso unas latas de tomate tamizado de marca blanca de Carrefour, envasadas en Navarra, que están sabrosos y con muy poca agua.

Para aliñar macarrones y similares, se añade a la masa de trigo y verdura bastante salsa de tomate y se le da unas vueltas en el fuego para cocinar levemente las verduras. Para canelones o lasañas, se le añade a la masa de verdura y trigo solo unas cucharadas de tomate y, facultativo, un poco de paté (o foie gras, si estamos rumbosos). Para albóndigas se añade un huevo batido a la masa y se espesa con pan rallado para poder hacer las bolitas. No se le pone nada de salsa de tomate, sino que ésta se usa para cocer las albóndigas, fritas previamente como es usual. La cocción en la salsa de tomate debe ser muy breve, sólo para que tomen gusto y color. Y a ver qué les dicen sus antiverduras.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios