Brecha de género laboral

El empleo crece para todos, pero no igual. La tasa de empleo masculina está en el 71%, la femenina en el 53%

Mañana estaremos en otra cosa, y las manifestaciones feministas serán un recuerdo. Son estos tiempos de reivindicaciones urgentes, unas hacen viejas a las otras. Las de los jubilados a la de los salarios de los policías, las de la igualdad de género a los jubilados. Cada cual vamos a la manifestación que creemos más afín. Lástima, porque, por ejemplo, si más mujeres acceden al mercado laboral y todos tenemos mejoramos el sueldo, las pensiones tendrían más garantías. Habrá que pensar transversalmente en materia manisfestacionil. Pero bueno, me dejaré de digresiones. Hoy quiero comentarles la evolución de la ocupación femenina en Almería. La primera conclusión, así, sin empezar a dar datos, es que nuestra provincia es diferente y esa diferencia la marca la Agricultura y el ascenso y caída de la Construcción. En los últimos treinta años, en el conjunto de España, llama la atención la convergencia entre las tasas de empleo femenina y masculina. Antes que nada, tasa de empleo es número de personas empleadas, dividido entre la población total en edad de trabajar. En España, allá por los primeros noventa, la de los hombres estaba en el 60% y la de las mujeres sobre el 30%. Es decir, de cada diez mujeres en edad de trabajar solo tres estaban ocupadas. A partir de 2012 la diferencia entre ambas se estabilizó en torno a 11 puntos.

En Almería, sin embargo, esas tasas de ocupación no se distanciaron más de 5 puntos hasta 2007. Aunque, de media, trabajaba la mitad de las personas mayores de 16 años. Ese año cuando la Construcción llegó a ocupar al 20% de los trabajadores almerienses -ahora lo hace con el 6%- la tasa de empleo entre los hombes subió al 68%. La femenina siguió estabilizada en su línea habitual, el 45%. La crisis corrigió este desequilibrio, pero a las bravas, ruyendo sobre todo empleo masculino. A principios de 2013, la tasa de empleo masculina, estaba en el 47%. Se había reducido 30 puntos. La femenina no tanto, porque la actividad de los almacenes que emplea a muchas mujeres, no se resintió. Así, se situó en el 37%, ocho puntos menos que al iniciarse 2008.

Hoy, hemos vuelto a la situación anterior a la crisis. El empleo crece para todos, pero no igual. La tasa de empleo masculina está en el 71%, la femenina en el 53%. La pregunta queda ahí ¿Cómo conseguir que ambas se igualen y no sea al estilo de la reciente crisis, claro?

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