COP25, Greta y Laudato Si

Benedicto XVI empezó a dirigir la atención de la Iglesia hacia la necesidad de la sostenibilidad medioambienal

Según mi saber y entender, con las limitaciones que supone a nivel cognoscitivo, parece ser que lo más importante acontecido en España en los pretéritos días, de gran influencia económica en el sector servicios, ha sido el Black Friday y el largo acueducto turístico con motivo de la efemérides de la Constitución y el Día de la Inmaculada, Patrona de España, que nos ha adentrado en una extensa e intensas fiestas navideñas, cada vez, más descreídas y exentas del sentido espiritual, derivado esto último del hecho histórico de mayor notabilidad para la Humanidad: el Verbo de Dios se hizo persona y habitó entre nosotros para la Redención de nuestra alma, la cual fuese eterna y no sucumbiese ante la expiración corporal. Una semana cuasi festiva, cuyo protagonismo internacional del COP25 lo ha tenido una joven neo proletaria, Greta, que ha despertado con su liderazgo de aire ácrata, el interés de jóvenes y no tan jóvenes en hacer ver, desde un solo prisma sesgado y manipulado desde la "izquierda", que la única vía para una reconducción climática, que no termine asfixiándonos de calor y veremos a ver sí en un futuro mediato de frío y hambre, que la única solución viene dada desde la operatividad del marxismo, de triste experiencia totalitaria en los países en donde se ha materializado. Sin embargo, las palabras de dos dirigentes religiosos con una proyección en 1200 millones de personas han estado eclipsadas e inadvertidas para el COP25 y su entorno de influencia. Me refiero a las que en su día pronunció el Papa Benedicto XVI, quien comenzó a dirigir la atención de la Iglesia católica hacia la necesidad de la sostenibilidad medioambiental y las del actual Santo Padre Francisco I con la promulgación en el año 2015 de la Encíclica "Laudato Sí", que trata de forma admirable sobre la Casa Común para toda la Humanidad en cuanto a las medidas que deberían de adoptarse ante el calentamiento planetario. Toda iniciativa que coadyuve de forma colegiada, sin falsas expectativas y sesgos ideológicos de la clase dirigente democrática es ensalzable, al no ser una cuestión de partidos políticos el paliar desde la gestión y la gobernanza el llamado "efecto invernadero". En fin, sean bienvenidas y bien halladas todas las medidas necesarias para que nuestras generaciones futuras puedan vivir y disfrutar de este maravilloso lugar llamado planeta tierra, sin olvidarnos, que cualquier acción ecológica es inseparable de la justicia social y la libertad.

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