Mi primer viaje en tren fue cuando tenía 13 años y pasé una enfermedad que me hizo perder un año en el Instituto; a mitad de la cual, mi padre me llevó a Madrid "de médicos". El viaje lo hicimos de día y más largo "que una meada cuesta abajo". En Febrero y a las 10 de la noche, recuerdo el frío que hacía en la Glorieta de Atocha.

Después, al irme a Granada a estudiar me hice asiduo de los "talf" o "talgo", y de uno de ellos conservo un cenicero de aluminio de los que había en los aseos. Me explico: amigo químico tenía uno colocado en su despacho del CUA, y un día le comenté mi trauma. "Yo sí me llevé un destornillador un día" me dijo, y ahí acabó la conversación. Lacónico. La sorpresa vino años después, cuando estaba desmontando el despacho, no por desahucio, si no por traslado a su nuevo despacho de la nueva Facultad de Ciencias. Estábamos en el Fernan y me dijo, espera un momento, y apareció con el cenicero, que aún tengo colocado en un lugar emblemático para mi. Cualquier compañero de esa época deducirá fácilmente el nombre. Y en el cenicero pone renfe. Y yo no fui quien lo desmontó.

De un tiempo a esta parte voy bastante a Atocha ¿Cercanías? Y en Septiembre viajé en el tren a Madrid Cercanías, con un billete comprado en renfe, concretamente en la estación de Almería, donde me atendieron con la amabilidad que acostumbran y, como me recuerdan de mis visitas, dispusieron en el billete, y así me lo indicaron, el servicio "acerca". Pero al llegar a Madrid Atocha Cercanías, que tiene guasa el nombre después de un viaje de no sé cuantas horas y el "puñado" de kilómetros que nos separan, falló el servicio de recogida. Tras la correspondiente reclamación, el pasado 11 de noviembre, recibí una carta de adif disculpándose por lo que ocurrió en Atocha Cercanías.

Admitidas, con mucho gusto, y aceptadas, lógicamente con el mismo gusto las disculpas. Únicamente señalar que mi tardanza en escribir estas líneas en la misma sección, en el mismo periódico, lógicamente, y con la misma extensión que en su día manifesté lo que me había sucedido, se debe a que he tardado lo mismo que adif en contestarme a mi reclamación.

Ahora bien, como en Almería no hay problema porque todos sabemos que la estación de renfe no existe, o mejor dicho, existe sólo en espíritu, aunque lo que quede sea lo material, o sea el edificio solamente ¿alguien lo entiende? Pues no hay problema de confusión de nombres y de quién es cada uno: adif, renfe, talgo, ave. Vas compras un billete con ayuda para el equipaje, te subes en "el" tren y pa' Madrid.

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