Utopías posibles

Campaña vacía

Ciertos términos han dejado de tener significado en educación. Me refiero a palabras como "calidad", "inclusión", "esfuerzo"

Ciertos términos han dejado de tener significado en educación. Me refiero a palabras como "calidad", "inclusión", "excelencia", "esfuerzo", expresiones como "libre elección", "participación de la comunidad" o muchas otras… Da bastante vergüenza ajena comprobar cómo los programas electorales de todos los partidos (ahora con las andaluzas, pero en las elecciones nacionales, más de lo mismo) se llenan de bellísimas palabras totalmente vacías de significado, porqué ¿qué entendemos por calidad de la educación? ¿cómo se llevará a cabo la inclusión? ¿en qué consiste y cómo se promoverá el esfuerzo? ¿libre elección garantizando la igualdad de oportunidades, o pensando en las libertades individuales?

El truco fácil es recurrir a los recursos: libros de texto a partir de los tres años, incremento del gasto en educación al 5 % del PIB, eliminación de aulas prefabricadas, estabilización de las plantillas de profesorado, bilingüismo hasta en la sopa… Pero nada se dice sobre cómo se utilizarán estos recursos. Hace mucho que la pedagogía y el sentido común defienden que los libros de texto no tienen demasiado sentido en una sociedad hiperconectada. Nada se dice sobre el cambio metodológico, sobre aplicar un modelo u otro de escuela, o sobre qué significa y de qué modo se va a promover la participación de la comunidad (¿sólo en el consejo escolar?). Los recursos son muy importantes, pero más importante aún es saber cómo se van a utilizar.Cada cual interpreta las grandes finalidades de la educación según su propio beneficio, en términos electorales o económicos. Por eso es tan importante aclarar el significado de las palabras que se utilizan, además del modo concreto en que van a ser llevadas a la práctica. Lo ideal sería apoyarse en datos, nombres, lugares y resultados de las prácticas concretas que se pretenden desarrollar.

También hay quien lanza el discurso demagógico de que se haga lo que diga el profesorado, o la libertad absoluta de las familias, y seguramente no debería hacerse ni una cosa, ni la otra. Solo nos queda analizar la experiencia previa de gobierno de cada partido, o conocer cuáles son sus referentes. Hay una opción supuestamente muy progresista, que se apoya en un libro y un autor nefasto que defiende la vuelta a la escuela más rancia y tradicional… Así las cosas, no hagan caso a nada. La campaña está totalmente vacía, en lo que a educación se refiere.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios