Capitalismo, nacionalismo y el Papa

Los males que nos aquejan son, en opinión de Francisco, una derivada del predominio del capitalismo y de los nacionalismos excerbados

Oscar Romero fue asesinado; pero no ha muerto. Pedro Casaldáliga murió; pero no ha muerto. Ignacio Ellacuría y varios compañeros fueron asesinados; pero no han muerto. La teología de la liberación, descalificada por buena parte de la sociedad civil y de las jerarquías eclesiásticas, sigue viva. Todos destacaron por su atrevida defensa de los derechos humanos y de los pobres, defensa que tuvo que ver en algunas de esas muertes. No podemos hablar de resurrección de este movimiento, porque nunca desapareció. Sin embargo, sí podemos decir que vuelven a un primer plano, a un fortalecimiento institucional con la publicación de la nueva encíclica del papa Francisco Fratelli Tuttti. La he leído atentamente y confieso que me ha interesado, y que en ocasiones me ha entusiasmado. Lo triste, no obstante, es que ofrece un retrato descarnado, aunque fiel, del mundo actual. Sin duda, en el capítulo primero refleja un "es" que "debe no ser". Dicho de forma rápida y coloquial, no deja títere con cabeza. De alguna manera los males que nos aquejan son, en opinión de Francisco, una derivada, una consecuencia del predominio del capitalismo y de los nacionalismos exacerbados. Las fracturas sociales, las desigualdades, el destrozo de la naturaleza, los racismos, y otros muchos males, todos ellos derivan, en la visión del Papa Francisco, del uno y del otro. Se trata de un análisis de la realidad social radicalmente distinto del que fue propio de la Iglesia durante mucho tiempo desde los tiempos de Pio XI y que sigue siendo el paradigma de partidos políticos actuales que parecen anclados en perspectivas del pasado. Por ese motivo, no sería de extrañar que más de uno se atreverá a calificar esta nueva encíclica de social-comunista. ¿Compartirían los partidos conservadores de la actualidad la opinión del Papa sobre la propiedad privada cuando afirma que el derecho a la propiedad privada no es un derecho absoluto e intocable y que el principio del uso común de todos los bienes es el primer principio de todo el ordenamiento ético-social, es un derecho natural, originario y prioritario? Es un ejemplo del camino en el que se mueve la encíclica. Y aunque el fundamento que se utiliza es de índole teológica, se puede fundamentar igualmente desde la racionalidad del no creyente. Al menos esa es la intención del autor. Recomiendo su lectura a todos. Sobre todo a quienes se consideran partidos católicos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios