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JUAN FERNÁNDEZ GÓMEZ

Capitulaciones del almanzora

E N esta ocasión he escogido el valle del Almanzora, remontándome a la conquista del mismo por las tropas castellanas, distinguiendo dos etapas en la guerra de Granada: La primera corresponde a la provincia de Málaga, con una duración de cinco años y la segunda se corresponde con las tierras almerienses y granadinas y tuvo una duración de cuatro años.

Esta segunda etapa se caracterizó por el agotamiento del pueblo musulmán, no solo por el conflicto bélico, sino también por el descontento creado por una serie de luchas intestinas entre sus propios caudillos, tales intereses personales conllevaron que la población se sintiera unida a las autoridades locales. Estas circunstancias anárquicas produjeron una política de pactos entre los distintos cabecillas y los Reyes Católicos, buen ejemplo de esto dio el rey Boadil, que pacto el reino de Granada a cambio de importantes donaciones personales. Las capitulaciones de la zona Oriental fueron más benignas que las de la zona Occidental, lo cual se caracterizó por el respeto mostrado por parte de los Reyes Católicos a las costumbres y religión de los musulmanes, destacando como cambio más importante la dependencia de los mismos a la Corona de Castilla. En esta segunda parte de la guerra de Granada, el centro de las operaciones será el reino de Murcia, con la partida del ejercito desde Lorca hacia tierras granadinas, siendo la actuación del marques de Cádiz primordial, poniendo sitio a Vera que era uno de los más importantes lugares de esta zona, la ciudad se entregó a Fernando el Católico el 10 de junio, la capitulación daba la posibilidad de abandonar Vera en mes y medio para aquellos musulmanes que no quisieran vivir bajo el mando castellano; tras esta situación se entregaron después Las Cuevas y 3 días más tarde Mojacar (13 de junio), produciéndose a continuación la caída de las plazas del Valle del Almanzora y los Filabres.

Las capitulaciones se desarrollaron dentro de un marco de tolerancia y respeto a la lengua, religión y costumbres, dándoles la opción de poder quedarse o de marcharse, los que se quedaron no se les obligo a trabajar para los cristianos ni a llevar distintivos discriminatorios; quedando no solo prohibido aprovecharse de propiedades muebles e inmuebles, sino también de cualquier tipo de abusos.

Por el contrario sí que se les obligo a entregar las armas de fuego, pólvora y todas las fortalezas a los conquistadores, esta política era eficiente del poder Real evitando brotes de resistencia y derramamientos de sangre. Estas condiciones fueron aplicadas a la ciudad de Purchena, Valle del Almanzora y Filabres sin embargo hay razones para pensar que no fue la misma la que se aplicó a Huercal y Overa.

Personalmente creo que los Reyes Católicos mantuvieron en todo momento una posición negociadora y para terminar lo hare con una frase de Ibn Hazm que vivió su destierro como un peregrinar por Al-Ándalus. "Como hecho de esas nubes que el huracán no deja de empujar hacia otros cielos".

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