El callejón del gato

Carlos Pérez Siquier

Como artista su obra es genuinamente almeriense, y como persona destacaría su sencillez

Hoy Hoy quiero dedicar esta columna a Carlos Pérez Siquier que el pasado día 23 de junio recibió la Mellada de Oro al Mérito de las Bellas Artes. El acto tuvo lugar en el Palacio del Pardo y estuvo presidido por los reyes Don Felipe y Doña Leticia. Las medallas reconocen la labor de quienes se han destacado en el campo de la creación artística y cultural, y se conceden mediante aprobación del Consejo de Ministros, a propuesta del ministro de Cultura y Deporte. Para Carlos Pérez Siquier supone un nuevo reconocimiento a su trayectoria como uno de los fotógrafos más destacados de España, que en el año 2003 ya recibió el Premio Nacional de Fotografía. Es imposible resumir en esta columna la carrera fotográfica de Carlos Pérez Siquier, me limito a mencionar su magnífica obra sobre el barrio de la Chanca que causó impacto en los años cincuenta, y las imágenes en color de la serie "La Playa". Tampoco puedo evitar una mención a la fundación, junto a José María Artero, de la revista AFAL, que tuvo repercusión en toda España. Y si por algo se ha caracterizado Carlos Pérez Siquier es por su vínculo con Almería, como artista y como persona. Como artista su obra es genuinamente almeriense, y como persona destacaría su sencillez en el trato y su cercanía paseando por las calles de nuestra ciudad". Lo que acaban de leer no es un panegírico a Carlos Pérez Siquier con motivo de su reciente fallecimiento sino lo que escribí el pasado día seis de julio con motivo de la Medalla de Oro del Mérito de las Bellas Artes que le fue concedida por su trayectoria artística en el mundo de la fotografía. Hoy no puedo hacer otra cosa que reafirmar lo que ya expresé en esta misma columna. Con respecto a su obra añadiría que, siendo perfecta en cuanto a las formas, no se limitaba a la estética, sino que transmitía mensajes que te hacían pensar. Los ejemplos que cité en mi artículo - las fotos de la Chanca y "La Playa"- cada uno en su estilo, tenían una profunda carga social. En cuanto a su carácter, cuando tratabas con él, no mostraba signo alguno de lo que representaba como uno de los fotógrafos más reconocidos a nivel nacional, sino absoluta cercanía. Con esa cercanía fuimos a darle el último adiós muchos de los que contábamos con su aprecio. El acto fue un encuentro entrañable entre familiares y amigos, sin protocolo alguno, pero con cariño y afecto de sobra. Su obra crecerá con el tiempo.

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