Y ahora, elecciones en la universidad! Se trata de una simple coincidencia en el tiempo. En este caso no existe ninguna incertidumbre. Hay un único candidato, el rector actual, Carmelo Rodríguez, y cuenta con un amplio respaldo como muestra el hecho de que se presente solo, sin oposición. ¿Habrá alguna novedad en esta segunda etapa? Lo cierto es que va a coincidir casi con la nueva administración de la Junta. La Consejería está tardando en ponerse en marcha, pero algo se va sabiendo de sus proyectos: quiere impulsar el empleo, unir las acciones de economía, educación y universidad. Las notas del programa del rector -promover grupos de trabajo, conectar diferentes profesionales, impulsar la transferencia- encajan con las indicaciones de la Junta. La universidad no es una escuela preparatoria para el trabajo; pero tampoco puede olvidar esa función social. En nada perjudica buscar nuevos caminos que conecten mejor las tareas profesionales y las actividades económicas con los conocimientos teóricos. El modelo actual -universidades como institutos enormes, empeñadas en conseguir más alumnos y más grados, repitiendo las mismas funciones en cada provincia- carece de sentido. Es necesario establecer otros criterios y planificar con ambición y con los pies en el suelo.

Las ideas de la Consejería suenan bien. Pero establecer el objetivo es fácil: lo difícil es aplicarlo. Las reformas educativas fallan normalmente por confundir los buenos deseos con la realidad, por no pensar que entre el boletín y las aulas hay muchos intereses e instancias intermedias que es preciso atender. En este nuevo horizonte Carmelo Rodríguez puede ser la persona adecuada para introducir cambios sin descuidar las obligaciones de siempre. Cuenta con experiencia de sobra como gestor. Es un hombre tranquilo, realista, habituado a buscar consensos y a limar asperezas. Inicia un segundo mandato sin hipotecas y tiene tiempo por delante para trabajar. Al fin y al cabo, es su generación la que ha visto cómo Almería, pese a la marginación y el aislamiento, ha llegado a ser una provincia innovadora, capaz de exportar sus productos a Europa y América. Y él tiene ahora la oportunidad de trazar el rumbo para que la UAL se adapte a los nuevos tiempos, canalice mejor sus energías y se convierta también en una referencia obligada en determinadas actividades. Suerte para Carmelo y suerte para la provincia.