Los Progresistas, la reserva moral de la sociedad, deseamos poder votar Socialista pero no podemos identificarnos con un partido embarcado en la Herejía de la Ortodoxia Progresista. Seamos fieles a nuestros principios de Libertad, de Justicia, de Solidaridad, de Conciencia Social y de Conciencia Democrática para recuperar la confianza y el entusiasmo de los Progresistas de España. El resto vendrá por añadidura. Convenzamos al pueblo que las leyes Socialistas son liberadoras y las del PP son prohibitivas. Nosotros damos la opción de elegir, ellos la proscriben, imponen su voluntad retrograda y medieval. Cuando un parlamento es realmente democrático no se puede gobernar por decreto. Se asume que los diputados son perritos falderos sin opinión propia. Necesitamos una Ley Electoral que garantice la independencia de los diputados, que puedan votar según su conciencia y permita a los electores saber quién es el diputado que los representa. En una Democracia Participativa, todo candidato a un cargo público, al que se accede mediante elecciones, debería ser obligatoriamente elegido por Primarias abiertas al electorado ya que son ellos los tendrán que elegir. Vivimos en una Partitocracia descarada, nuestros líderes no lideran, controlan, subyugan, pervierten el espíritu democrático de la vida política. Los políticos que desean cambiar el mundo los hay pero son pocos. Es necesaria una revolución en la clase política si esta desea sobrevivir. Una revolución que democratice la vida política, que impida los abusos de poder, que inspire el respeto a las reglas de juego, que no sean los "obedientes" los favoritos que se nombren a dedo en ciertas agrupaciones. Hay que democratizar el partido. Necesitamos que no haya listas cerradas porque son una aberración democrática. Son siempre excluyentes. Todos los cargos orgánicos deben de ser elegidos, sin listas, por los militantes. Los Indignados y yo reclamamos, exigimos, una democracia plena que no esté coja como la nuestra. Nuestra democracia está más enferma de lo que se admite oficialmente. Pienso que tu elección puede ofrecer al partido un retorno a nuestras esencias, para que se decanten con plenitud, sin reservas, los valores progresistas que nos pertenecen, que transforman y civilizan la sociedad. Lo que en música se llama un "retorno a Bach". Imitando a Dantón podría decir: "Para vencer a los enemigos de la Democracia hay que tener audacia, aún más audacia, siempre audacia".

¡Ánimo querido Eduardo! cuentas con mi voto.

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