La tapia del manicomio

Churras y merinas

Aprovechando que peleábamos contra Napoleón, los forasteros se llevaron cientos de cabezas de ganado merino a Australia y América

El próximo 2 de agosto se cumplirán setecientos cuarenta y ocho años de la creación de La Mesta por Alfonso X el Sabio. Aunque no se trata de una cifra redonda, nos hemos visto motivados a celebrar esta efeméride al enterarnos de que el mercado de la lana merina se ha ido a tomar por retambufa: el precio del kilogramo de esta lana ha pasado de 2,50 a 0,40 euros. La causa parece ser la falta de demanda por parte del máximo comprador, que es China. ¡Cómo han cambiado las cosas en estos siete siglos y medio! Durante más de quinientos años, desde la creación de LaMesta hasta principios del siglo XIX, España mantuvo el monopolio de la producción de lana de oveja merina, la preferida en todas las sociedades medianamente pudientes de todo el mundo por sus cualidades: tacto suave y cómodo para la piel, abrigo y ligero a la vez, una excelente transpiración y ausencia de malos olores. O sea, que es tan buena o más que el aceite de oliva virgen extra. Y por eso nos la envidiaban todos los reinos europeos. Pero España mantenía el monopolio de su producción. Lo que pasa es que se iba en bruto a Flandes y allí la elaboraban y nos la volvían a vender -a nosotros y a medio mundo- en forma de prendas y telas de alto valor, porque eran bonitas y perfectamente elaboradas. Mientras que nuestros artesanos apenas alcanzaban a elaborar mantas zamoranas y poco más. De todas formas, la venta de vellones en bruto le daba muy buenos dineros a la aristocracia castellana, al "Honrado Concejo de la Mesta". Por eso se esforzaron en mantener el monopolio. Y por eso, aprovechando que estábamos peleando contra Napoleón, los envidiosos forasteros se llevaron cientos de cabezas de ganado merino a Australia y América del Sur. Y así empezó el declive. Ahora, el precio ha caído, tal como decíamos arriba, pero el impacto sobre nuestra economía agraria es pequeño, dado que nuestra producción es ínfima comparada con Australia, que produce el 80 % del total mundial, sin contar con más ovejas en EEUU y algunos países más. Y encima tenemos que importar esquiladores del Uruguay para rapar las pocas ovejas que nos quedan. Si tienen que venir a esquilar las ovejas desde el Río de la Plata, ¿quién va a pelar aquí a los borricos cuando llega el verano?. Así están los montes, que ya no quedan gitanos que vayan por el monte solos. Ni gachés, si vamos a eso. En resumen, que esta es una muestra más de la profunda decadencia que nos aflige desde que gobierna Pedro Sánchez.

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