Ya no duermen vestidos ni viven desnudos, ahora viven o aspiran a vivir en mansiones de lujo español (un vulgar chalet de planta baja con jardincito y piscina), dormir con pijama y vestir de Armani. Ahora que ya pueden enterrarlos en sagrado no piensan en la muerte aunque es posible que tengan un seguro de decesos todo-en-uno para que los incineren que es la moda toda vez que se ha descartado que el alma vaya en el cuerpo o viceversa. Ahora como somos energía volvemos a ser energía al quemarnos, es decir, volvemos al universo. Pero tal majadería no consta en el vivir el instante, que quiere decir, básicamente, acumular ingresos. Todavía no han llegado al nivel de otros artistas o deportistas que tienen que escabullir como sea la tela al fisco y luego declarar ante los medios el sufrido yo no he hecho nada ilegal. Ya lo sé, queréis nombres. Pues os diré nombres. El otro día me encontré casualmente a mi amigo lejano Paco Calavera en un bar, estábamos los dos solos y echamos un cacharro de algo. Y le dije, esta semana le meto a Mota. Mota es el cómico oficial del estado. El arlequín que vale pero que sabe que tiene limitados los movimientos. Y sabe que el día del año en el que se juega el cuello del pan de cada día es el 31 de diciembre. Tiene que dar la campanada y no darla al mismo tiempo. Como le ha cogido el gusto a imitar a los políticos en tramas cada vez más peregrinas (porque así justifica que le tira a los amos) sabe que en lo más arriba está la mano que le da de comer año tras año y que el resto de martingalas que organiza no son más que la migajas de la profesión. Tiene que hacer un humor blanco con manual de estilo y olvidarse de lo clásico, lo que de verdad tiene de bueno. Reconozco que apenas he visto unos minutos de su especial de nochevieja pero con Mota me pasa a veces que no entiendo nada y que cuando sale en la radio explicando todos los chistes que va a contar hace el spoiler de verás como sus vais a reír mucho. Y así ya no tiene gracia. Y es verdad, el humor no puede tener límites ni estar siempre de boca a los juzgados pero no es tu caso. Tú sabes lo que no tienes que decir, las líneas rojas, donde no te puedes pasar y tienes todos los límites autoimpuestos porque no te apetece que te apeen del burro fijo. Y adonde te vas a ir, a Movistar, donde no podrías competir con los que sí son originales y sí tienen gracia. Los Freaks. Lo auténtico.
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