Utopías posibles

Compartir

No perdamos la ocasión, en estos días de descanso navideño, para compartir. Compartir espacios, tiempos, palabras, hechos

Los seres humanos somos complicados. Desde la psicología se utilizan términos como "estimulación", "estructuras de pensamiento", "procesamiento de información"… En el caso de la pedagogía, es más común hablar de interacción, construcción del conocimiento, aprendizaje entre iguales, diversidad, competencias clave (o básicas, según el gobierno que se tercie)… La sociología habla de cohesión social, de estratos sociales (o clases sociales), de aspectos estructurales y coyunturales… La clase política habla de consenso, diálogo, búsqueda de acuerdos… siempre en los términos y con las condiciones que cada cual considere inamovibles, de manera que en realidad lo que se suele producir es una lucha de poder. Desde la filosofía, llevan siglos intentando definir qué es el conocimiento, el ser, el individuo… Y tal vez todo sea mucho más sencillo. La palabra clave es "compartir". Un sencillo término que resume todas las buenas intenciones que queramos depositar en las demás personas y en el mundo que nos rodea.

No perdamos la ocasión, en estos días de descanso navideño, para compartir. Compartir espacios, tiempos, palabras, hechos, actuaciones, sueños, historias, compartir la comida (indispensable en nuestra cultura mediterránea) o compartir una idea. Ya lo dijo Aristóteles hace más de dos mil años: los seres humanos somos seres sociales. La biología, además, lo ha demostrado. Si sobrevivimos como especie no es por la competitividad, ni por la rivalidad, sino porque hemos tenido y seguimos manteniendo nuestra capacidad para compartir, ayudarnos, ser más fuertes apoyándonos en los demás. Nuestras células aprendieron a cooperar, a compartir y repartir funciones. Nacemos completamente indefensos. No somos nada, si alguien no comparte una parte de su vida con nosotros.

Compartir es transformador. Beneficia a quien recibe lo compartido. Cambia el punto de vista de quien comparte. Compartir es una simbiosis que hace que todas las personas que comparten aprendan, crezcan, sean más sabias, más fuertes, sean mejores. Con jóvenes y adultos, con personas a quienes no solemos dirigirnos a menudo, personas cercanas y lejanas, familiares y amigos. Solo hay que querer. Quienes comparten, ya no pueden volver a verse del mismo modo. Si concebimos la escuela, la familia, la ciudad, el país y la vida entera como un espacio para compartir, haremos de este mundo un lugar mejor. Feliz Navidad.

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