Compromisos innegocibales con Almería

Mi mano está tendida con una lealtad basada en el cumplimiento inaplazable de lo ya acordado

Invitado por Europa Press Andalucía y con el patrocinio de Fundación Cajasol, tuve el honor de participar hace unos días en un desayuno de trabajo en el que, como Alcalde de Almería, expuse mi proyecto de presente y de futuro para nuestra ciudad. En mi intervención, tracé una apuesta clara por la superación de los enfrentamientos partidistas a la hora de buscar puntos de acuerdos de futuro beneficiosos para todos los almerienses. Nos hemos pasado la vida anunciando el fin del mundo si entraban los otros o el caos si salíamos nosotros. Y viceversa. Y ese discurso cainita y empobrecedor ha dominado la escena política española desde el S.XIX hasta ahora. Y creo que ya es hora de dejar de relacionar a la política con el miedo, con el ajuste de cuentas y con el bloqueo sistemático que supone impedir el desarrollo de proyectos no porque sean buenos o porque sean malos, sino porque no son tuyos. ¿Acaso vamos a ser los políticos los últimos en darnos cuenta de que la sociedad española va por otro camino? Espero y deseo que no. El cambio de Gobierno no debe suponer en modo alguno la paralización o el retraso de los proyectos infraestructurales que están en marcha en Almería, con independencia de que ambas administraciones estemos gobernadas por partidos diferentes. Estamos hablando de cuestiones y calendarios que son innegociables: el inicio de las obras del soterramiento y la eliminación del paso a nivel del Puche, el proyecto Puerto-Ciudad, la prolongación del Paseo Marítimo, la carretera de Sierra Alhamilla, o la rehabilitación de la Estación, son actuaciones que están diseñadas para mejorar la calidad de vida de todos los almerienses y crear más oportunidades de empleo y de futuro. Todo eso estaba ya en marcha antes de la llegada del nuevo gobierno y todo eso va a seguir en marcha después. Como Alcalde de Almería digo al nuevo Gobierno que los almerienses, y su alcalde el primero, estamos convencidos de que sabrá estar a la altura del momento histórico que vive esta ciudad, en la que se han planificado importantes proyectos de transformación y mejora. Mi mano está tendida con una lealtad basada en el cumplimiento inaplazable de lo ya acordado. Sin incertidumbres y sin crispaciones que nada aportan. Almería no se merece que alguien, por querer hacer política en lugar de gestión, frene la dinámica en la que habíamos entrado y a la que tanto trabajo nos costó llegar.

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