Conservación e inteligencia territorial

Todos tenemos la responsabilidad de legar a nuestros hijos el medio natural que recibimos

Los municipios que contamos con recursos naturales de alto valor ecológico debemos aplicar medidas de inteligencia territorial para hacer de esos espacios un escenario de oportunidad y no una fuente de problemas. Aplicar políticas e iniciativas de inteligencia territorial puede constituir un eje diferenciador entre comarcas o municipios, contribuyendo al desarrollo de la zona y, por extensión, al de su tejido social y empresarial. En la actualidad, enfocar la imperativa defensa del medio natural desde posiciones inmovilistas acaba suponiendo un lastre para el desarrollo global de las áreas designadas con un alto valor ecológico. Y eso es injusto para los que allí viven y defienden su derecho a una prosperidad sostenible. Sin entrar en la vertiente política que suele alimentar polémicas interesadas en torno a estas cuestiones, creo que es aconsejable estudiar con calma todos los proyectos e iniciativas que puedan proponerse dentro siempre del marco legal establecido, y no generar un ensordecedor ruido de fondo que impida un acercamiento sereno a los debates. Los ciudadanos tenemos la obligación de exigir a las autoridades el máximo respeto a las figuras de protección medioambiental, pero también tenemos el derecho de reclamar de las administraciones la aplicación de fórmulas que posibiliten una relación positiva entre el territorio y sus habitantes. Debemos apostar por un modelo que permita un equilibrio lógico entre la protección del patrimonio natural y un desarrollo empresarial sostenible que venga para sumar riqueza, prosperidad, empleo y bienestar para todos. Y en Almería ese modelo se ha aplicado con éxito en muchas ocasiones, y creo que es el camino por el que debemos seguir avanzando. Todos tenemos la responsabilidad de legar a nuestros hijos el medio natural que recibimos en óptimas condiciones, al mismo tiempo que asegurar un modelo de desarrollo económico y social que sostenga la prosperidad y el progreso de todos. La combinación de protección territorial y desarrollo empresarial es un modelo de gestión que puede contribuir de manera significativa a mejorar la competitividad turística de nuestros municipios y a mejorar nuestra economía. Mientras que el encapsulamiento del territorio no genera nada más allá que el relato de evocador del un paisaje, el tratamiento de esos espacios naturales desde la inteligencia territorial es un factor objetivamente beneficioso para el conjunto de la sociedad almeriense.

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