Constitucionalismo

Uno se encuadra entre los constitucionalistas si, y sólo si, y sólo si, defiende a ultranza el artículo 2 de la Constitución

Curiosa la dicotomía que se establece en nuestro panorama político para hacer una gran clasificación de nuestros partidos. Se suele decir que unos partidos son "constitucionalistas", frente a los otros que, por exclusión, serían "no constitucionalistas". Una consecuencia que se extrae de esa división es que, en la situación en la que nos movemos, sin mayorías absolutas, habría que hacer un pacto entre los partidos que se consideran constitucionalistas, frente a los demás que no lo son.

Parece subyacer la idea de que se trata de una pugna entre "buenos" y "malos", y que los "buenos", los constitucionalistas, deberían olvidar sus diferencias (que las tienen) para que los otros no toquen poder. De ahí la insistencia que se hacía desde distintos ámbitos de que había que hacer una gran coalición PP-PSOE, ampliada a C's, para que no se alterara el orden constitucional que podrían destrozar los restantes, los otros, si llegaran al gobierno. En esta propuesta, el criterio definitorio parece ser que los partidos constitucionalistas son los que defienden la unidad de España, frente a la ruptura que los nacionalistas, más o menos extremistas, introducen en un nuevo orden territorial.

Esto quiere decir, que uno se encuadra entre los constitucionalistas si, y solo si, defiende a ultranza el artículo 2 de la Constitución, sin tener en cuenta la atención que prestan a los demás artículos; mientras que, conclusión necesaria, basta con no atender o hacer frente a dicho artículo para ser considerado no-constitucionalista, tenga la posición que tenga frente a los demás artículos.

O sea, que uno puede reclamar el calificativo de "constitucionalista", aunque dé de lado al artículo 1.1, o a los artículos que proclaman derechos de los ciudadanos, como el derecho al trabajo, a una vivienda, etc., artículos que, evidentemente, están lejos de ser adecuadamente atendidos. No pongo en duda la importancia de la unidad de España, dentro de una adecuada escala de valores.

Pero ¿acaso es más importante que la defensa de la igualdad de los ciudadanos ante la ley, o una aplicación no discriminatoria de la justicia, o la lucha contra la desigualdad económica? Si todos esos son derechos reconocidos en la Constitución, quien los deje de lado, quien no los defienda adecuadamente, será tan no-constitucionalista como los que atentan contra la unidad de España. Busquemos otra palabra.

El lenguaje no es neutro.

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