Conteniendo el aliento

Hay generaciones que hemos llenado nuestro tiempo de distancia, desafección y desinformación

Hay generaciones que hemos llenado nuestro tiempo de distancia, desafección y desinformación y otras a las que les estamos vaciando el suyo de los conocimientos necesarios para enfrentar los retos del siglo que las ha visto nacer o en el que se han hecho adultas. Y es que, en este país, seguimos dándoles a nuestros niños y jóvenes las mismas herramientas para reconocer y eludir los riesgos de estos tiempos que las que se daban cuando el mundo digital e interconectado era un proyecto, las redes sociales algo maravilloso en la mente de unos pocos y la inteligencia artificial un elemento de las películas americanas. Y, frente a un mundo donde la riqueza viene del mundo financiero y de las rentas, seguimos ofreciéndoles a nuestros niños y jóvenes los mismos conocimientos que se ofrecían cuando la riqueza de las naciones venía de la industria y el trabajo; y, para un tiempo en el que un título universitario ya no es el final de un currículum sino tan sólo el principio, donde un simple tropiezo laboral puede expulsarte de la carrera de la vida y donde pensiones mantienen a hijos y nietos, seguimos llevando a nuestros jóvenes por el mismo camino que se recorrer cuando los hijos iban a vivir mejor que los padres, cuando un título universitario cambiaba un vida, cuando la clase media no era una clase endeudada y ser de ella, o llegar a ella, suponía un seguro vida.

Y, para un momento en el que la demagogia, los populismos y los autoritarismos viajan a la velocidad que nuestra conexión de internet, privamos de ciencia e historia política a nuestros jóvenes dirigiéndolos así a repetir los episodios de horror, hambre y tiranía que nos puede contar el siglo pasado; ¿Acaso no sería bueno que todos los jóvenes fueran conscientes de que lo que marca la diferencia no son los votos sino el sistema de elección que se utilice y de que la historia de la humanidad va sumando años entre olas democratizadoras y olas autoritarias y que ahora el mundo está avanzando montado en una de las segundas?.

Un ejemplo: Esta semana, el año 2020 ha sumado otro eslabón a su explosiva cadena. Esta semana el mundo ha contenido el aliento esperando el recuento de los votos de las elecciones presidenciales de EEUU y lo ha hecho, no por la elección en sí del próximo líder del "mundo libre", no, eso sería demasiado común para este extraordinario año, sino porque hay razonables dudas de que quien es ahora su presidente no acepte una derrota y haga cuanto pueda para que el perdedor de esas elecciones no sea él sino la propia Democracia; Esto es por lo que hoy el mundo contiene el aliento, porque sabe que la implantación en la ciudadanía de la duda sobre la limpieza de sus procesos electorales el principio del fin de la convivencia social, el último acto, la caída al precipicio llamado quiebra de la democracia. Preguntémosle a Venezuela.

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