En nuestra provincia sabemos que octubre es, tradicionalmente, un buen mes para el empleo. Tan bueno que lo habitual es que Almería lidere el descenso del desempleo -cuando no es la única donde sucede- Como también sabemos, su causa es, principalmente, el fuerte componente cíclico de la economía almeriense.

Pues bien, octubre no defraudó las expectativas y el empleo continuó recuperándose a buen ritmo. La reducción del desempleo no fue la mayor del año ya que fue superada por el descenso de julio, una prueba más de los profundos efectos de la pandemia, con la recuperación de la actividad -y con ella el empleo- ha ido evolucionando al compás de vacunación y levantamiento de restricciones.

Para mí, no obstante, lo destacable de este mes no tanto es la cifra de descenso del total de parados, 3.600, como la reducción del número de personas en ERTE. El mes finalizó con 1.214 trabajadores en esta situación, el 64% de ellos están en ERTE a tiempo completo. Es el dato más bajo desde que comenzó la crisis sanitaria y prácticamente la mitad de los afectados en julio, ese mes en el que la reducción del desempleo tras el final de muchas restricciones fue superior al actual. El problema está en que ya parece cada vez más próxima la cifra que indica que estos trabajadores siguen en ERTE simplemente porque existe esta medida. Octubre dejó atrás la práctica totalidad de las restricciones al ocio nocturno, al aforo o en el comercio, por lo que las medidas que acompañarán a la prórroga de los ERTES y al mecanismo definitivo que se establezca en la nueva reforma laboral que se promete, contemplará medidas formativas y de inserción que ayude a estos trabajadores en la búsqueda de otro empleo, ante la posibilidad de que esas empresas sean lo que se llama empresas zombies, que se mantendrán mientras las medidas excepcionales sigan ayudando. La cuestión es distinguir que empresa tiene dificultades pero futuro y cual no lo tiene. Parece, vistos los datos, que el nivel precovid se alcanzará antes de finalizar el año, pues aún existen 2.833 parados más que en febrero de 2020 y restan dos meses que -salvo imprevistos- todo vaticina una reducción del paro que, sin embargo, no sitúe su cifra por debajo del existente al finalizar 2019. Por tanto, volvemos al punto anterior al covid, más pobres, con más deuda y recuperamos el mismo problema que entonces: reducir el desempleo para aproximarnos a la media europea.

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