Contradiciendo a Foster

Entiendo que para usted la termodinámica y la energía sean simples estados de ánimo pero discrepo del alarde que hace

Admirado Mr. Foster Lord of Thames Bank, celebro su porte inmaculadamente blanco y sobrio en la portada e interior de la revista Icon. Alabo su arrojo al firmar arquitecturas excelsas, su humilde grandilocuencia escénica que vende un humo de excelente calidad tal y como exige el imperator aplastante donde los datos precisos son un feo enemigo del éxito. Entiendo que para usted la termodinámica y la energía sean simples estados de ánimo pero discrepo en el inmoderado alarde que hace, a tenor de su plática, del tono siempre verde de su discurso. Al parecer, según usted, la tecnología nos hará verdes, y no es un extremo que niegue, solo que corrijo. Es posible que determinada tecnología nos haga más verdes, es decir, más eficientes energéticamente, tanto a nosotros como a nuestros edificios, pero esa tecnología no será la que usted aplica en función de como la aplica. Tampoco será, dicho sea de paso, la que aplican los iluminadamente enfervorecidos defensores de las energías optimistamente llamadas renovables. Estoy seguro de que si le preguntara por el futuro respondería ciudades verticales, materiales inteligentes, consumo casi nulo y huella de carbono. Sin embargo usted y yo sabemos que la huella de carbono total (empezando por el proceso de fabricación de los materiales) de sus edificios es muy superior (por cada m²) que la de los humildes edificios toscos de hormigón armado y ladrillo de insignificantes y vulgares alturas. No hay que hacer ecuaciones diferenciales para deducir que la huella de carbono, por más trampas termodinámicas que se hagan, crece exponencialmente con la altura del edificio y los suyos no son bajos. Una vez creo que un ingeniero de verdad le preguntó ¿Cuánto pesa su edificio? y no supo responder. Ahora le pregunto ¿Qué huella de carbono produce su edificio? respóndame en unidades de medida de huella de carbono por superficie de suelo de edificio y no en unidades de vaga palabrería por superficie de papel de periódico. Con la gran mentira de los materiales ecológicos como la madera, la del consumo casi nulo y la falsa falacia (una falacia de la que se sabe a conciencia que no es cierta) de las energías renovables (tal y como las hemos planteado) usted es mi más apreciado y perverso sofisma. Mr. Foster véndame el derroche de gran arquitectura que practica pero envuélvamelo en papel de tristes verdades, para que sea todavía más glorioso.

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