Se cumplen dos semanas sin poder ir a la segunda residencia, aunque en mi caso son muchas más, porque no me da para segunda residencia. La parte buena, es que hemos podido seguir tomando cañas al mediodía y mantener la actividad, o algo de actividad. Y, por eso de que aprieta pero no ahoga (mantengamos el optimismo) el clima ha acompañado.

Se cumplen dos semanas de las nuevas medidas que nos estamos tomando con menos irritación que en otros lugares como Cataluña o Granada. Un detalle este que haría bien en tener en cuenta nuestras autoridades. No hay la misma paciencia. Ahora, será mejor llegar, cuando haya que hacerlo, con el bisturí y no con la sierra. Y, para saber si el bisturí está acertando laboralmente, la semana que viene, sabremos las primeras repercusiones que han tenido las medidas que afectan a nuestra provincia.

Para poder comparar, hay datos útiles. Al iniciar el mes el total de personas en ERTEs era de 1.354. El cuánto aumentará y, sobre todo, la comparación con el incremento de, por ejemplo, Granada, permitirá valorar el daño que nos hemos ahorrado por no tener un nivel de contagios similar. También veremos quienes son los trabajadores más afectados. Otros años, a estas alturas las contrataciones en comercio u hostelería de cara al puente, la Navidad y, antes, las nuevas modas del black Friday y noches en blanco o en negro (¿qué noche, si a las diez estamos encerrados?) habían elevado los niveles empleo ya este mes. Así, no se trata solo de analizar el empleo que se evita perder con los ERTES, también el que se deja de ganar. En octubre tuvimos un aviso. El total de contrataciones fue inferior en un 10% a las del mismo mes de los últimos años. La próxima semana veremos, por tanto, cuanto empleo nuevo hubiera podido crearse y no lo ha sido. Y, donde. En el primer trimestre de este año, hasta primavera, e incluyendo ya los quince primeros días del confinamiento, la contratación laboral se redujo un 6% comparado con el año anterior. Sin embargo en el comercio, que ya había adelantado contrataciones para Semana Santa aumentó en un porcentaje similar, mientras la hostelería bajaba más de un 16%. Pues bien, entre enero y octubre de este año los contratos laborales en hostelería han caído un 54% y en comercio un 12,50%. Son los sectores más dañados por la epidemia y, casualmente, aquellos que más contrataciones realizarían en Navidad. Quizás este sea el mensaje desesperado que dejan las actuales medidas preventivas: sacrifiquémonos ahora, para intentar salvar algo en Navidad.

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