A Son de Mar

Inmaculada Urán / Javier FornieLes

Conversación en La Tana

El año del descubrimiento es una obra en la que el cine y la literatura se dan la mano

En este día de Reyes queremos recomendarles un documental, El año del descubrimiento. El documental, dirigido por Luis López Carrasco, se centra en los sucesos ocurridos en Cartagena en 1992. Ese año, mientras se celebraban las glorias de la Expo y las Olimpiadas, la reconversión brutal de la industria provocó continuas manifestaciones y desembocó en un acto cargado de simbolismo político: la quema del parlamento autonómico. Con todo, el tema central es, en realidad, el trabajo: lo que significa tenerlo o perderlo, cómo se consigue y cómo marca las expectativas de la generación actual y de la que vivió esos hechos. La parte final, en la que se nos habla de lo sucedido en 1992, abre un relato más elaborado, rumiado durante años por sus protagonistas. Pero esas reflexiones finales tienen sentido solo a partir de los testimonios de la primera parte, que nos permiten vislumbrar lo que significa el paro o perder de improviso unas expectativas de vida.

El año del descubrimiento es una obra en la que el cine y la literatura se dan la mano. No por casualidad empieza con una voz en off recordando un sueño. En el bar la Tana unas personas hablan de su vida, de la sensación de fracaso que traen, a veces, los años. Junto a esas voces y relatos que nos atrapan, las imágenes, en una pantalla dividida, evitan el juego del plano contraplano, recogen el discurso mendaz de los medios, subrayan los rostros recortados, el silencio de quienes se sientan solitarios en la barra o el trabajo callado de quien fríe pescado en la cocina.

Estamos, sin duda, ante una obra compleja y ambigua. Entre la neblina de los sueños, del humo del tabaco o de las cargas policiales, será difícil encontrar dos espectadores que saquen las mismas conclusiones.

En ella aparecen voces dispares que muestran la brecha entre las generaciones, que añoran el franquismo o el muro de Berlín. Vemos cómo la familia nos ata y marca nuestro destino; nos ampara y extiende su manto protector sobre los nietos mientras comparte la comida.

Y, como sucede en una obra de mérito, El año del descubrimiento desborda probablemente el marco dibujado por el director. Hecho antes de la pandemia, no podemos dejar de ver el documental desde el presente, de observar con cierta envidia a la gente arracimada en la barra y de intuir la crisis que viene cuando, quizás, todo se derrumba de nuevo a nuestro alrededor.

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