La tapia del manicomio

Copa

Hoy, nuestro Festival es uno de los más antiguos, puesto que ha llegado a la quincuagésima tercera edición

Por fin se recuperan los Festivales de España, que durante tantos años -los años 60 y 70, al menos- disfrutamos en Almería, como en muchos otros lugares de España. Durante dos o tres semanas del verano podíamos ver en la Alcazaba grandes compañías de teatro, zarzuela y ballets, conciertos y hasta flamenco, cuya incorporación a los festivales se inició en 1967 con un cartel de bandera: Chocolate, Fosforito, Menese, Ranchal, Luís Caballero, Juan Habichuela, Pedro Peña, Farruco y Trini España. Un lujazo. Posteriormente se amplió a dos días y últimamente a cuatro o seis, acortando, eso sí, la kilométrica duración de los primitivos festivales flamencos, que acababan "cuando venía el lechero", como reza el tópico flamenco. Con la llegada de la democracia, los "Festivales de España" desaparecieron, o más bien se transformaron en festivales variados, sin concentrar en unos días y sin hilo conductor; cada pueblo a su bola. El Festival Flamenco de Almería se independizó y se convirtió en uno de los más prestigiosos del mundo, de la mano de la peña El Taranto, cuyo fundador, Lucas López, consiguió que el Ayuntamiento se metiera en este cenagal y así hasta hace poco. Incluso en el año 1979, como el ayuntamiento entrante no se orientaba, la Peña lo organizó por su cuenta y riesgo, con un cartel también para el recuerdo: Chocolate, Terremoto y Agujetas como trío estelar.

Hoy, nuestro Festival es uno de los más antiguos, puesto que ha llegado a la quincuagésima tercera edición (a ver si conseguimos que no desaparezcan los números ordinales en medio de tanta indigencia mental). Lo que pasa es que esta 53ª (que no se lee cincuentaytresava ni cincuenta y tres edición) tiene solo un tercio de espectáculos flamencos-flamencos. El resto es una obra de teatro, un concierto de jazz y dos sesiones de ballet. Para que la serie nos recordara del todo a los Festivales de España de nuestra lejana juventud, solo le faltan una o dos noches de zarzuela y una obra de teatro de vanguardia -a ser posible de Ionesco- a cargo del grupo de teatro de Educación y Descanso, sección cultural de los sindicatos verticales. Los más viejos nos acordamos con horror de aquellos años tan perros, aunque parece que hoy en día hay más de uno ansioso de repetirlos, seguramente porque los conocen solo de oídas. Los que los vivimos no los repetiríamos ni por recuperar la juventud.

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