República de las Letras

La Crisis de Agosto

Tras el Open Arms, la listeriosis y el incendio de Canarias aún queda el gigantesco incendio del Amazonas

Las crisis de agosto han sido varias: el Open Arms, la listeriosis, el incendio de Canarias... En la primera ha fallado el gobierno porque, según ha insistido ese fiscal italiano, el barco tenía la obligación de socorrer a los náufragos según las leyes del mar y el gobierno tenía el deber de colaborar en ello porque el barco navegaba bajo bandera española. Tras la experiencia anterior del Open Arms la solución para el Ocean Viking ha sido parecida, instaurando un modelo de actuación para estos casos que debe continuar.

En cuanto a la listeriosis, el consejero de Sanidad de la Junta de Andalucía debe dimitir, si es que no ha dimitido ya. La gestión que ha hecho de esta crisis alimentaria ha sido pésima, dando prioridad a intereses empresariales sobre la salud pública y actuando siempre tarde, lo que si no ha acrecentado la alarma social sí ha sembrado la duda, con el consiguiente perjuicio para el sector de la distribución cárnica. Sobre todo después de que el portavoz de Sanidad de la Junta asegurara que no había contaminación cruzada: "Olvídense del cuchillo", dijo. Se ha demostrado una vez más que ante una crisis alimentaria la administración funciona lenta y mal, y que parece tener más en cuenta los intereses electorales del partido gobernante y los intereses económicos de las empresas afectadas que los de los consumidores, que son quienes al final sufren las crisis y las pagan.

En cuanto al incendio de Gran Canaria, aún corre por Facebook una comparación entre los 20 aviones F18 (de guerra, entonces) que hay en el archipiélago, frente al número de hidroaviones de lucha contra incendios forestales: 0. No digo que eso -si es cierto- haya influido en la magnitud final del fuego y sus consecuencias, pero es significativo -si es cierto, repito- del orden de prioridades de los sucesivos gobiernos españoles en todos estos años. Antes la OTAN que la riqueza medioambiental del país. Y luego se envuelven en banderas y dicen viva España.

Aún no extinguido del todo el de Canarias se conoció el gigantesco incendio de la Amazonía. O, mejor, los múltiples incendios de la selva amazónica, con más de 9000 focos. Las malas lenguas aseguran que las élites agrarias terratenientes e industriales de Brasil, país gobernado por el ultraderechista Bolsonaro, pretenden "aprovechar" la devastación de tan inmensos territorios para… plantar soja. Quedémonos con el dato. Lo veremos.

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