Escribo estas líneas el Día de la Asunción y en Madrid, con un agradable fresco más que primaveral, cuando aquí se celebra el Día de la Paloma, y cuyo barrio es especial para quienes presumen de tres o más generaciones de madrileños en su familia, que en realidad son pocos. Hago esta introducción tan larga porque ésta es una fecha preñada de recuerdos y, además, su mayoría diría que hasta felices y, en gran parte, ligados a Madrid. ¡No es poco!

Por lo tanto, prefiero pasar el día saboreando recuerdos y no distraerme, con permiso de mi Director, en lugar de ponerme a elucubrar sobre los incendios de los montes y las visitas que han efectuado a los mismos los miembros del gobierno de esta nación, antes llamada España.

Por otra parte, también he disfrutado la víspera, así como el día de hoy, con el resultado del partido de fútbol de ayer entre el Almería y el Madrid que se mereció ganar el Almería, y "lo digo como lo siento", a pesar de haber sido socio del Poli. ¡Ya lo he dicho!