El medio y el ambiente

DÍAS PREÑADOS

Ahora lo que se lleva es montar un grupo de WhatsApp, cruzar muchos mensajes y, entre medias, chistes y videos sin nada que ver

Presumo que éste va a ser un escrito atípico, si es que acaso tengo algo típico, dicho en sentido estadístico. En primer lugar, lo estoy escribiendo en lunes en lugar de domingo que es lo habitual. En segundo lugar, lo hago bajo la influencia de un sábado de asueto en Granada, viaje en tren incluido, para almorzar con un grupo de amigos y previo al mismo, chocolate con churros en Bib Rambla. En tercer lugar, almuerzo dominguero en el cortijo de un amigo, que no "una parselilla". Y en cuarto lugar hoy celebro mi 41º aniversario de boda, día en el que en contra del tiempo que hace ahora mismo, estuvo lloviendo todo el día, y a las seis de la tarde, caía una manta de agua de las que hacen época. Dicen que eso es signo de prosperidad. Y puedo asegurar que de felicidad. Y disculpas por hablar de cuestiones personales.

En cuanto a todo lo anterior quiero señalar que todos esos sucesos que he relatado han sido, o fueron, llevados a término sin prisas. El almuerzo se ha llevado meses de preparación, y felizmente ha sido. Y fue sin prisas y sin teléfonos encima de la mesa. Y a nadie le sonó el móvil. Y hablamos. Y escuchamos. Y recordamos. Y: disfrutamos. Del almuerzo cortijero recibí solamente un mensaje de fecha, sin ni siquiera hora. No hizo falta más. Resultado: magnífica reunión. Y de mi boda, que fue tras "4 años de novios" y con consecuencias maravillosas, solamente puedo decir que más feliz que una perdiz.

En todos esos sucesos hubo comunicación, hubo un tiempo de preparación, y hubo trato personal. Que precisamente es lo que no se lleva ahora. Ahora lo que se lleva normalmente es montar un grupo de WhatsApp, cruzar muchos mensajes, entre medias, chistes y videos, que no tienen nada que ver con el evento. Se envían menús, precios, condiciones, sitios alternativos, sugerencias, advertencias de gluten, lactosa, frutos secos, y no sé cuántos requisitos más. Y el día del evento, a la hora prevista, van llegando asistentes, normalmente acelerados y todos los móviles van sonando: ¿dónde estáis?. Durante la comida los móviles no paran, porque todo el mundo tiene asuntos pendientes, y por lo tanto, las conversaciones son entrecortadas, los párrafos no existen, a lo sumo: 140 caracteres.

Y además se creen que han inventado los mensajes de texto cortos e ignoran que han coexistido los telegramas con las cartas, las postales de felicitación, los teléfonos normales y sobre todo las conversaciones personales en las reuniones, tertulias, aperitivos y cafés. Ahora, sin embargo, el café es con leche fría para tardar menos. ¡O sea, que vamos como pollos sin cabeza!.

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