Analizando la historia de la humanidad, pronto se es consciente de que sería bueno darle la vuelta en sentido literal. En lugar de dar continuidad a otros tres mil años de civilización basados en guerras, dominación de unos pueblos sobre otros, sufrimiento y destrucción del medio ambiente, sería preferible construir un mundo mejor para las generaciones venideras. Este deseo, sin embargo, solo será posible con altas dosis de imaginación, creatividad, humanidad y comprensión del tiempo presente. Y ahí es donde quiero llegar.

Echando un rápido vistazo a los contenidos de las asignaturas de humanidades, principalmente la historia, pero también la literatura, la filosofía, u otras áreas artísticas como la educación plástica, la historia del arte o la música… uno se encuentra que hay páginas y más páginas dedicadas a la prehistoria, la antigua Roma, la reconquista (no tanto la España musulmana)... pero solo en los últimos cursos de Secundaria, como algo totalmente "de pasada", se llega a la época actual, entendiendo por tal la guerra civil, el franquismo y como mucho, la transición a la democracia. En la esfera internacional, todo parece terminar en la segunda guerra mundial y la formación de grandes organizaciones actuales como la ONU, la UE o la OTAN. Lo mismo podríamos decir sobre el conocimiento de la literatura, el pensamiento, la música o el arte. Nunca se llega a nuestra época, a lo que sucede hoy en día o lo que ha sucedido en los últimos años.

¿No sería mucho más útil, relevante y necesario trabajar a partir del tiempo actual? Un solo telediario de un día cualquiera podría dar para trabajar varias semanas, en lo que a historia se refiere, tanto nacional como internacional. Por poner ejemplos de estos días, podría hablarse del conflicto catalán, la memoria histórica, las crisis económicas, la situación de latinoamérica, medio oriente, los fascismos, los fenómenos migratorios… Cuando se analiza un hecho histórico, un modo de pensamiento, un libro o una pieza musical, podemos hacerlo desde el producto final, hacia atrás. Tengamos en cuenta que, para buena parte del alumnado, la escuela tal vez sea la única ocasión que tengan de analizar críticamente su propia época. Necesitamos darle la vuelta a los contenidos históricos porque necesitamos darle la vuelta a la historia misma. Necesitamos personas conscientes del tiempo en que viven, para poder transformarlo.