Siendo joven, muy joven, me hice socio del Círculo de Lectores cuando lo representaba en Almería la Librería Cajal. Uno de los primeros libros que compré y, como es lógico en mi, perdí, fue "el español y los 7 pecados capitales", de Díaz Plaja, con la envidia entre ellos. No tengo el gusto de conocer de nada a Ayuso. Solo soy un espectador de sus avatares desde aquí. Y desde esta distancia, me da la impresión de que ya ha despertado las pasiones suficientes como para provocar la puñetera envidia de muchos prójimos, sean éstos, adversarios o correligionarios políticos. Y me recuerda lo de David y Goliat, gran libro la Biblia. Ahí la tenemos: ella dice lo que quiere y los otros le dicen que no puede quererlo. Lo tiene "chungo" pues es una lucha de un David contra dos Goliat, el uno correligionario y, el otro, adversario. Mientras la llama el alcalde de Nueva York para que le cuente lo que hace en Madrid.

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