Demagogias

Parece que se nos ha olvidado un término clave en la filosofía política. Nadie habla de "demagogia"

Parece que se nos ha olvidado un término clave en la filosofía política. Nadie habla de "demagogia". Es como si, a fuerza de encontrarnos con actitudes demagógicas, haya pasado como decía la canción sobre el amor, que se olvidó la palabra de tanto usarla. En el panorama actual es tanta la reclamación de derechos, vengan o no a cuento, que se toma como algo normal prometer cualquier cosa siempre que agrade a quien lo oye tratando de ganar su voluntad. Acabamos de oír a la candidata del PP a la Comunidad de Madrid uno de los mantras de la política económica: la bajada de impuestos.

Eso suena a música celestial: dice que con la izquierda cada ciudadano de Madrid pagaría 2000 euros más de impuestos. Con ella pagarían menos; pero no dice que ese tipo de reducción lineal del IRPF solo afecta positivamente a los que más tendrían que pagar. La mayoría no se ve beneficiada sino, al contrario, perjudicada por cuanto solo se pueden cuadrar las cuentas reduciendo gastos; y normalmente la reducción caerá sobre los servicios públicos. Pero de esta segunda parte nada se habla y encandilan con eso de "pagar menos cada uno". Demagogia pura. Pero ahí no queda todo.

Está el tema de la libertad. Me referí a él la semana pasada y no puedo dejarlo de lado, porque, con un descaro que va más allá del cinismo, no dudan en calificar de "liberticidas" a quienes están limitando nuestros movimientos y ciertos "derechos". Que personas que se jactaron en días recientes de homenajear al general Franco, dictador donde los haya, o se niegan a condenar directamente el régimen padecido acusen de liberticidas parece que no tiene nombre.

Pero es que el tipo de libertad con el que andan soliviantando al personal recuerda ciertos tiempos pasados. Me recuerdan el "pan y circo" con el que los emperadores romanos buscaban el favor de las masas.

¿Qué otra cosa podemos pensar de cifrar la libertad en poder ir a bares y restaurantes y poder vivir en fiestas sin límite? Y para dar más valor a sus críticas, antes han compadecido al personal por lo mucho que llevan sufrido, lo que justifica su pasión por salir a la calle. Y a su vez limitan muchas de otras libertades básicas, por ejemplo, elegir la estructura familiar, o implantar una censura previa a la actividad educativa de la educación pública, o reconocen una única confesión religiosa o eliminar el derecho a disponer de la propia vida.

Lo que dije: demagogia pura y dura.

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