En época de Navidad, un obispo importante dijo, en la tele, lo siguiente: “las leyes de Zapatero son antidemocráticas.”

No se llega a obispo siendo tonto, ¿Cómo, entonces puede explicarse semejante estupidez? La leyes no las hace el gobierno, las propone y el parlamento las promulga. Por tanto, toda ley refleja la soberanía del pueblo. ¿Como pueden dichas leyes ser antidemocráticas?

Buceé en el lago de mis estudios de psicología y psiquiatría. En un gran hospital psiquiátrico de Inglaterra pasé un año. No como paciente, sino como estudiante. Comprendí que el discurso iba dirigido a una cierta clientela que estaba dispuesta a aceptar “ideas” sin digerirlas, sin analizarlas.

Es decir, si un obispo, que no es tonto, dice semejante “boutade” es porque sabe que va a influir sobre “su” clientela que necesita ser “alimentada” para existir.

Esta fue mi reflexión y ahí me quedé hasta que un programa en la TV Francesa me iluminó con el siguiente análisis: Cuando una persona “importante” dice una tontería, todos los tontos que la oyen se sienten “importantes” porque piensan que la persona “importante” piensa como ellos. Entonces los tontos se consideran tan inteligentes como el obispo al que, naturalmente, seguirán adorando y necesitando para su equilibrio emocional.

Los obispos que, como Don Quijote, siempre están dispuestos a atacar, lanza en ristre, Los Molinos del Progreso, dictaminan, sin experiencia personal, sobre La Sexualidad, apoyan los conceptos restrictivos que impiden la libertad personal de decidir, como el aborto, tienen la osadía de hablar de Democracia.

Si tanto les preocupa la Democracia ¿porqué no reflexionan sobre las estructuras del Vaticano?.¿Porqué no estudian el Concilio de Constance de 1414? en el cual para salir del marasmo en el que se encontraba La Iglesia, corrupción, múltiple Papado, se debate la “Democratización de la Iglesia”.

El resultado fue un empate entre los Conciliaristas y los integristas. Si La Iglesia, piensan Los Conciliaristas, son los fieles, son éstos los que deben de elegir los obispos, los obispos los cardenales y estos el papa. Sin embargo, Los Conciliaristas dan marcha atrás porque comprenden que el triunfo de su tesis les privaría de Poder. Este empate se evapora en 1453 cuando los Turcos toman Constantinopla.

Para sobrevivir, la influencia de los Papas va in crescendo, culminando en el primer Concilio Vaticano de 1870 donde se establece, Divina Arrogancia, que los papas son infalibles en materia de dogma.

¿Por qué no adoptan, los obispos, esa máxima bíblica? “A Dios lo que es de Dios y al Cesar lo que es del Cesar”.

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