Derecho a ser libre ¿siempre?

¿Podría haber algún criterio para discernir qué mensajes no están amparados por la libertad de expresión?

Mucho se está hablando estos últimos días, y con razón, de la libertad de expresión. ¿El motivo? La entrada en prisión de un supuesto artista por faltas de respeto a la corona y por ciertas expresiones cargadas de amenazas contra algunos políticos actuales, entre otras cosas más graves. Esto ha movilizado de un modo no solo incívico sino ocasionalmente salvaje a grupos incontrolados. Protestaban porque la condena era una grave conculcación del derecho a la libre expresión. Defiendo la libertad de palabra, libertad que me respetan escrupulosamente en este periódico. La defiendo para mí y para los demás. Pero no por eso acepto que todo discurso o todo escrito pueda caer bajo ese derecho. Puede ser razonable que, como en otros muchos ámbitos, existan restricciones. Por ejemplo, estoy de acuerdo con Sócrates cuando apremiaba a un sofista que estaba presto a "colocarle" un largo discurso, y no consideraba por eso que lo estuviera limitando. ¿Podría haber algún criterio que permitiera discernir cuándo hay aportaciones verbales que no estuvieran amparadas por este derecho? Sé que es fácil caer en la crítica a cualquiera que trate de poner fronteras a un cierto paraíso que consideran ilimitado; pero es que las relaciones sociales no son un paraíso y sí están limitadas. Yo propondría que hiciéramos un planteamiento teleológico, es decir, analizar cuáles pueden ser las finalidades que pueda tener la libertad de hablar y de escribir. Propondría la creación y difusión de ideas, y la realización personal de todo ser humano. No me alejo gran cosa de las justificaciones utilizadas por los ilustrados, primeros defensores en la época moderna de la libertad de expresión. De acuerdo con eso, ante cualquier hecho comunicativo, oral, escrito o artístico, y teniendo dudas sobre si ampara al emisor el derecho a la libertad de expresión, nos preguntaríamos: ¿favorece este mensaje a la difusión de ideas? Y previamente: ¿hay algunas ideas que se estén tratando de comunicar? ¿Vale, por tanto, la pena acudir en auxilio de su autor caso de verse en un atolladero, sea por ataques de instituciones públicas o privadas, sea por ataques de particulares? Si aplicara ese criterio al caso del rapero y analizara algunos de sus "mensajes" ¿estaría yo dispuesto a salir a la calle en defensa de su derecho a la libertad de expresión? Creo que no tendría que pensarlo mucho. Pero me parece que no. Lo de la cárcel ya es otra cosa.

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