Carta del Director/Luz de cobre

Desarrollo industrial y medio ambiente

El objetivo debe ser facilitar el desarrollo de la actividad industrial, pero también restaurar la sierra de Macael

Lo definía a la perfección el responsable de Finzanas y Agricultura de este periódico, Elio Sancho, el 20 de julio: Cambio de reglas de juego en mitad del partido. La denuncia de los empresarios del mármol, respaldada por los presidentes de la Cámara de Comercio, Diego Martínez Cano y de Asempal, Pepe Cano, venía a poner en jaque la postura del Departamento de Minas de Almería, dependiente de la Delegación de Conocimiento y Empleo, al modificar el criterio en la aplicación de la normativa sobre garantías financieras de restauración de las explotaciones de las canteras en la Sierra de Macael. A juicio de los empresarios, cuando se diseñó el Plan Global de Restauración, allá por 2015, se contabilizaba en unos 18 millones de euros el coste y se determinaba un coeficiente en función de las toneladas de mármol extraídas por parte de las empresas. El objetivo no era otro que recuperar la sierra y devolverle su estado original, tanto de las canteras afectadas por la explotación como las agotadas en años anteriores.

La administración autonómica no es de la misma opinión. El delegado restó alarmismo a la situación descrita por los empresarios y negó que se pueda poner en riesgo la supervivencia del sector del mármol como tal y los más de 1.200 empleos que el sector aseguran están en serio riesgo. La intención de la delegación de Conocimiento no es otra, según explica Miguel Ángel Tortosa de que "haya fondos suficientes para acometer la restauración de la sierra de Macael cuando cesan las explotaciones de mármol". Un planteamiento, parece, tan coherente como el expresado por los empresarios.

Vistos y analizados ambos, aquí se ha producido, para empezar, una falta de comunicación que raya o bordea lo tolerable en estos casos. No parece coherente que el sector, cuando observa lo que está sucediendo, no busque reuniones con Minas para eliminar de un plumazo los problemas suscitados. No le anda a la zaga la Junta de Andalucía, que consciente del riesgo en el que se pone la incipiente recuperación de un sector empresarial clave para esta provincia, no urda y establezca las condiciones necesarias para restablecer la confianza empresarial y evitar riesgos y tensiones innecesarias.

El mármol y su industria son vitales para la economía de esta provincia. Poner en riesgo al sector debe ser el último argumento al que se debe aferrar la administración para cumplir sus compromisos. Y estos deben entender, y debe quedar claro, que la restauración medioambiental de la sierra no es un capricho o una cabezonería de la Junta. En las sociedades modernas y avanzadas compaginar el medio ambiente con el desarrollo industrial no solo es necesario y aconsejable, sino exigible. Atrás, por fortuna, quedaron los tiempos en los que el rompía no pagaba y además acababa dejando esparcidos los tiestos.

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