El despilfarro de alimentos es un problema de dimensiones colosales en las sociedades desarrolladas con graves consecuencias para los países en vías de desarrollo y, obviamente, los países pobres. En términos generales se acepta que la tercera parte de los alimentosque se producen van a la basura. Solo los alimentos desechados en Europa bastarían para alimentar a toda la población mundial. Desde estas lineas pretendemos concienciar a nuestros lectores sobre la magnitud del despilfarro en toda la cadena alimentaria, desde la producción hasta los propios consumidores. La FAO estima que las pérdidas de alimentos en Europa y los Estados Unidos son unos 300 kg/año per cápita, la tercera parte por los propios consumidores. Y ello mientras que más de 800 millones de personas padecen hambre que produce más muertes que todas las epidemias; pero más doloroso aún es que la desnutrición sea la causa del 45% de las muertes infantiles y la mayoría de los que sobreviven lo hacen con graves deficiencias que impiden su normal desarrollo como seres humanos.
A todo ello ha de sumarse el desperdicio de agua dulce (el 21% del total mundial), la emisión de gases de efecto invernadero (3.300 millones de tm) y que la tercera parte de la superficie agrícola (1.400 millones de has.) se usa para cultivar alimentos que se pierden. Y que decir de los movimientos migratorios forzados en su mayor parte por la hambruna y que tan directamente afectan a Europa. Según la FAO cuando la inseguridad alimentaria crece un 1% las personas que quieren emigrar aumentan un 1,9%. La FAO se marcó la meta hambre ceropara 2.030 concretando 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que ya está dando sus frutos a pesar del crecimiento de la población, los conflictos y los desastres naturales. Así, de los 129 países monitoreados por la FAO: En 2.015, 72 de ellos habían logrado reducir a la mitad las personas que sufrían hambre; Desde 1.997 se ha reducido a la mitad la probabilidad de que un niño fallezca por desnutrición antes de los 5 años. Las tasas de pobreza extrema se han reducido a la mitad de las que había en 1.990. Desde nuestra confortable sociedad desarrollada puede parecer que esto no nos afecta; pero nada más lejos de la realidad. El despilfarro de alimentos tiene un coste de tres billones de euros para la economía mundial.
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