Nuestro sentimiento oscila entre el escepticismo, la resignación y el enfado. La vacunación avanza con lentitud y, al tiempo, la cuarta ola también avanza. Pero miremos el lado soleado, se vislumbra ya la salida. Sería el momento de adelantar el futuro y no quedarnos en lo de pueden venir los alemanes y yo no puedo ir a Alemania. Vamos a ver, ¿qué quieres hacer tú en Alemania si están peor que nosotros? Aguantemos un poco más. Semana Santa pasará - y rápido porque es corta- ¿Cómo serán los meses que vienen después? En el tema del empleo, la ministra de economía ha prometido que la figura de los ERTES se mantendrá durante el tiempo que sea necesario. Se les ha criticado y muchas veces sin razón. Pero han permitido que esta crisis no fuera como las anteriores. No nos fijemos solo en lo malo y no critiquemos que haya meses en los que la prestación no se cobra el día tres, cuando durante 30 años, incluido la crisis anterior, nunca se ha cobrado el día tres. En 2008 -por tomar como referencia la crisis anterior- el desempleo creció en nuestra provincia un 148% y la tasa de paro se duplicó. En 2020, el paro aumentó un 13% y la tasa subió dos puntos y medio. El sistema de protección basado en los ERTES, por tanto, se ha demostrado como bueno ¿imaginamos cuáles serían ahora esas cifras sin ello? Los autónomos no tenían protección en la crisis anterior, ahora han contado con una. Entonces, si las cicatrices que está dejando la actual situación son -por ahora y confiemos en que definitivamente- menores que en las crisis anteriores, al final lo que queda es que los males del mercado laboral español son los mismos que existían antes y que parece imposible poner remedio: una elevada temporalidad, que se traduce en menor inversión en capital humano ¿Para qué formarme si me iré? ¿Para qué formar si no lo voy a mantener? Y esto afecta a la productividad. Recordamos la lección de la crisis anterior: un sistema económico es muy frágil cuando se trata de mano de obra trabajando a destajo (por ejemplo, poniendo ladrillos) o ahora poniendo mojitos en el chiringuito. Y ello no significa ni que haya que abandonar la Construcción ni el turismo. Recordamos aquellas despreocupadas recetas de hay que cambiar el modelo económico, con curiosidades como dejar de ser camareros para dedicarnos a las energías sostenibles, como si una persona y una placa solar fueran equivalentes.

Total, que sería necesario afrontar el futuro y no solo el corto plazo, remedios hoy que cambien mañana. ¿Ocurrirá? Pues no lo creo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios