Utopías posibles

Luis Ibáñez

Destapar la Gürtel educativa

Queremos saber a qué se destina cada céntimo de nuestros impuestos, pero casi nadie habla de transparencia en educación

Está pasando. Mientras toda la ciudadanía está indignada con la sentencia del caso Gürtel, permanecen ocultas otras muchas "Gürtel" que son igual de graves, o más. No exagero.

Es sabido que estamos en los puestos de cola en educación, y se debe en gran parte a los "Bárcenas educativos" (como indica Ramón Flecha, catedrático de sociología). Las leyes orgánicas son redactadas por las amistades del gobierno de turno, no por las personas más preparadas o con mejor criterio. Amistades que funcionan según modas, ocurrencias, o intereses personales y políticos. Junto a éstos, la maquinaria empresarial impone su criterio. Por poner un ejemplo, la campaña de desprestigio de la educación pública que se viene realizando desde hace años, es muy evidente. La paulatina desaparición de las asignaturas "de pensar" y creativas, frente a otras de perfil técnico, es otra de sus pruebas. Por otra parte, los vendedores de humo utilizan la tecnología y el psicologismo para vender actividades "guays", para conseguir "niñas y niños felices", pero olvidan cualquier objetivo de democracia, justicia o transformación social. Venden fórmulas mágicas que nunca se han probado ni han demostrado su eficiencia, que no garantizan una mejora en el aprendizaje en ningún sentido (ni académico, ni en cuanto a competencias o valores). Oportunistas que ganan cantidades ingentes de dinero a través de publicaciones, cursos, conferencias e incluso premios. Con esto, el círculo se cierra: intereses personales y políticos-neoliberalismo-vendedores de humo.

Cada vez se habla más de transparencia, del derecho a saber a qué se destina cada céntimo de nuestros impuestos, pero casi nadie habla de transparencia en educación, como tampoco se cuestiona el tipo de formación que ofrecemos a las futuras generaciones (más grave aún que el tema económico). Tenemos derecho a saber quién hay detrás de cada propuesta educativa, cuáles son sus intenciones, y sobre todo que nos expliquen dónde se ha probado cada medida concreta y cuáles son sus resultados, tanto cuantitativos como cualitativos, referidos a lo académico y a la mejora del mundo en que vivimos. Hay que denunciar abiertamente aquellas ocurrencias en que no hay ningún tipo de argumento pedagógico de fondo, sino intereses más bien propios de una trama mafiosa. Hay que empezar a hablar claramente de la Gürtel educativa. Conocemos un buen puñado de casos.

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